Nos encanta revolver el pasado en busca de los jardineros célebres que la historia nos ha dejado. No solo hemos encontrado grandes jardineros dedicados en exclusiva a esta bella profesión, también hemos descubierto personajes con otras vocaciones que. en lo profundo de su ser. también amaban el jardín. Científicos, párrocos, actores, políticos, modistos, pintores, escritores e incluso príncipes que encontraban en la naturaleza que manipulaban, su personal fuente de inspiración.
Hoy la búsqueda nos lleva hasta el Condado de Devon, a una antigua propiedad Georgiana del siglo XVIII donde, entre 1938 y 1976, solían pasar los meses de verano la escritora Agatha Christie y su familia. La casa ocupa un promontorio en el centro del parque, un trozo de tierra rodeada de agua por tres lados y cobijada por bosques de fresno, haya, pino de Monterrey, camelias y rododendros. Los jardines, una extensión de doce hectáreas a orillas del río Dart, con un paisajismo al más tradicional estilo inglés, fueron en su día restaurados por Humphrey Repton.
A pesar de Agatha Christie describe partes de Greenway State como escenario de algunas de sus famosas novelas (Five Little Pigs, Dead Man’s Folly o Towars Zero), dicen que la autora nunca escribía mientras estaba en esta casa. Greenway era un lugar de relajación, no de trabajo, aquí procuraba disfrutar de la familia, los amigos y el ambiente distendido del lugar. Pero yo me imagino a la popular novelista paseando por su misterioso jardín, con la cabeza bullendo con escenas de misterio entre estos arbustos.
Agatha y su esposo, el arqueólogo Max Mallowan, estaban muy apegados a la propiedad, allí vivieron muchos momentos felices en compañía de sus familiares y amigos. También se interesaron en la jardinería. Christie estaba orgullosa del jardín de Greenway y participaba en las ferias locales de flores. A la pareja les entusiasmaba seguir la evolución de las plantas y Max mantenía un libro donde registraba la evolución de los ejemplares de camelias, una Magnolia campbellii y otros arbustos que ellos plantaron en su jardín.
El suave clima costero de Devon, conocido como la «Riviera inglesa», facilitó el cultivo de plantas tropicales, lo que contribuye a la calidad del jardín en la actualidad. Dicen que cuando los Mallowan lo adquirieron era un jardín raro, alterado sin ninguna organización por los sucesivos propietarios que hubo con anterioridad. Greenway contaba con una colección de más de 200 variedades de camelia, más de 50 de eucalipto y diferentes rododendros traídos de China en el siglo XIX por el botánico escocés George Forrest. Agatha y Max dedicaban parte de sus vacaciones en transformar el jardín e introdujeron otros especímenes exóticos como mimosas, mahonias, mirtos y puyas.
El parque incluye diferentes zonas: dos jardines amurallados, invernaderos, una viña, un jardín de helechos y un jardín superior, cercano a la casa, con borduras en las que crecen clematis y beschornerias, una suculenta con espigas de casi dos metros de altura.
En 1959, Greenway fue transferido a la hija de la pareja, Rosalind, quien se mudó a la propiedad con su esposo, Anthony Hicks, en 1968. Después de la muerte Christie, en 1976, Rosalind siguió cuidando y protegiendo el trabajo de su madre. En raras ocasiones se abría la casa al público. En 2000, la finca pasó a manos del National Trust. Después de una profunda restauración, tanto la casa como los jardines abrieron sus puertas; pero el fideicomiso familiar limita el número de visitantes que puede acceder a las instalaciones.
Os dejo con algunas imágenes del jardín de la escritora. Algunas son de la web del National Trust, otras de Anita Aufresien.
Mónica, hace muchos años leí una publicación sobre esos jardines, exactamente no recuerdo con exactitud lo leído pero si recuerdo que las fotografías mostraban un jardín precioso y efectivamente la escritora se relajaba en esos bellos jardines.
Un abrazo
¡Precioso jardín! Me ha gustado mucho conocer este jardín de Agatha Christie porque soy una gran admiradora de sus novelas, en ellas habla mucho de jardinería y de los rosales, como buena inglesa, y siempre me preguntaba cómo sería su jardín ¡me ha encantado saberlo, gracias!
Muchos besos.