Cuidados de la lavanda en el jardín o la terraza

La lavanda (o Lavandula) una planta de gran utilidad en belleza y salud. Tanto la flor como el aceite que se extrae de ella favorecen en muchos aspectos el cuerpo y la mente: desde servir de condimento en la cocina hasta aliviar un dolor de cabeza. Hoy voy a contaros las propiedades beneficiosas de la lavanda y para ilustrar el tema lo acompaño con imágenes de la que tengo en mi propio jardín.

Lavanda en mi jardín

Lavanda, descripción y propiedades

La lavanda es una hierba aromática nativa del norte de África y  las regiones montañosas de la cuenca mediterránea. Es una planta muy apreciada por los beneficios que aporta a la piel y se utiliza tradicionalmente en la elaboración de perfumes, jabones y geles de baño. De hecho, la palabra «lavanda» deriva del latín «lavare«, que significa lavar.

La lavanda también es conocida como espliego y pertenece a la familia de las lamiáceas, entre las que podemos encontrar otras hierbas aromáticas como la menta, el orégano o el tomillo. En mi jardín siempre he tenido alguna planta de lavanda. A final de verano me gusta recoger las flores y formar ramos o llenar saquitos para perfumar los armarios.

La planta es un arbusto de tallos cortos y leñosos de los que brotan las espigas con pequeñas flores de color azul-violáceo. Florece durante todo el verano y las flores se deben recoger cuando están completamente abiertas. Al menos yo lo suelo hacer así y el aroma invade mis roperos durante muchas semanas.

Lavanda junto a los rosales
Flores de lavanda o Lavandula

Usos de la lavanda

La lavanda se utiliza desde la antigüedad tanto para decorar jardines como para extraer sus aceites esenciales. Existen diversas variedades de lavanda y cada una tiene una concentración de esencias diferente. Lavandula angustifolia es la que tiene mayores niveles de aceites esenciales, seguida por Lavandula dentata, Lavandula stoechas y Lavandula pedundulata. La esencia de la lavanda se emplea en diversos campos que incluyen la cosmética, la medicina y la cocina.

Espiga floral de la lavanda

Propiedades beneficiosas de la lavanda

Además de propiedades aromáticas y cosméticas, la lavanda también tiene muchas propiedades medicinales. Se cultiva extensamente para producir aceites esenciales que posteriormente se incorporan en la composición de medicinas naturales.

Al aceite de lavanda se le asocian propiedades antisépticas y antiinflamatorias, por lo que el aceite esencial de esta planta se utiliza en la elaboración de pomadas para ayudar a sanar quemaduras leves y picaduras de insectos.

Algunas investigaciones han revelado que el aceite esencial de lavanda puede ser útil para tratar la ansiedad, insomnio, depresión, y la inquietud. ¿Habéis probado las tisanas de esta hierba? Yo soy fan absoluta, ya hace tiempo que cambié el café de la noche por una infusión y desde entonces duermo muchísimo mejor.

Otros estudios también sugieren que la lavanda puede ayudar con problemas digestivos (vómitos, náuseas, gases intestinales, malestar estomacal e hinchazón abdominal) o incluso aliviar el dolor de cabeza.

Lavanda junto a rosas y agapantos
Flores de lavanda
Lavanda, agapanto y adelfa

Propiedades culinarias de la lavanda

Con flores secas de lavanda se pueden aderezar muchos guisos, de hecho forman parte de la composición de las «hierbas provenzales», muy utilizadas en la cocina francesa para acompañar las carnes de cordero y conejo. Su aroma y sabor es bastante intenso, por lo que conviene utilizarlas con mesura.

También son muy útiles para aromatizar flanes y pasteles, preparar jaleas y mermeladas o elaborar otros productos de repostería como magdalenas y galletas. Hace unos días compartí una entrada de gelatina con flores, entre ellas la lavanda.

Cuidados de la lavanda

Desde el punto de vista jardinero, la lavanda es una planta perenne muy rústica que crece en terrenos secos y soleados soportando un rango de temperaturas muy amplio. En mi jardín aguanta muy bien con poco riego, a pesar de las altas temperaturas que se alcanzan en verano, pero me consta que puede también soportar fuertes heladas.

En primavera inicia su crecimiento vegetativo y a mediados de estación comienza a formar las espigas de flores que se suceden durante todo el verano. Hacia el otoño suele volverse leñosa, es momento de darle un buen recorte para eliminar todas las flores y más tarde, a finales de invierno, una poda más fuerte para que no se vuelva muy leñosa.

Suelo

La lavanda prospera en suelos alcalinos, con un pH elevado. En caso de que el suelo de tu jardín sea ácido deberás enmendar con un sustrato de pH superior o incluso añadiendo cal para compensar la acidez. Si plantamos la lavanda en una maceta no habrá problema, solo debemos adquirir un sustrato adecuado para ella.

En todo caso, es importante que el terreno drene correctamente. Nada peor para la lavanda que permanecer con las raíces en sustrato empapado.También debemos preveer el tamaño que la planta alcanzará de adulta y plantarla dejando espacio para que pueda crecer sin amontonarse con otras plantas. Todas necesitan espacio para disponer de una ventilación adecuada.

Luz

La lavanda prospera en la naturaleza bajo el cálido sol mediterráneo, por lo que en cualquier jardín se le debe proporcionar similares condiciones. Necesita de 6 a 8 horas de luz solar directa para crecer en buenas condiciones y producir sus aromáticas flores. No sería buena idea plantar lavandas debajo de las copas de los árboles o a la sombra de otros arbustos. Le va mejor lugares abiertos con mucha luz del sol.

Temperatura

La lavanda es originaria de paises de clima mediterráneo, donde las temperturas son cálidas durante la primavera y el verano. Prospera entre los 20 y 30ºC durante su temperatura de crecimiento, aunque en invierno pueden soportar temperaturas más bajas de hasta -15ºC.

Riego

La lavanda es una planta resistente a la sequía que en la naturaleza sobrevive con poca lluvia. Sin embargo, en el jardín, deberemos seguir una correcta pauta de riegos para proporcionarle agua y que crezca correctamente produciendo muchas flores. El riego, moderado, será más abundante si la lavanda está plantada en maceta. Debemos recordar que las macetas se secan antes que el suelo del jardín.

Durante los meses de calor regaremos una vez a la semana comprobando que el sustrato se ha secado antes de regar.

Fertilizante

La lavanda suele vivir en la naturaleza en terrenos pobres y en el jardín no necesita de abono. Está totalmente desaconsejado. Solo en el caso de cultivarla en macetas es recomendable abonar una vez por temporada, antes de la floración, generalmente en primavera.

Plagas y enfermedades

Raramente las plagas se implantan en la lavanda. Mas bien al contrario, sus aceites aromáticos repelen los insectos perjudiciales y atraen a los beneficiosos como mariposas y abejas. Podría ocurrir que proliferaran los hongos si no llevamos cuidado con el riego y mojamos las hojas o flores de la planta. La conjunción de calor y humedad es causante de muchas enfermedades fúngicas.

Poda de la lavanda

La poda de la planta es importante y va más allá de recoger las flores o recortarla un poco. Todos los años, en invierno, se debe podar la lavanda reduciendo la planta a un poco menos de la mitad para que la mata no se convierta en un arbusto leñoso lleno de troncos y con focas flores.

Cómo reproducir la lavanda

Reproducir la lavanda por semillas es lento y complicado, por eso la mayoría de las veces se recurre a la reproducción por esquejes. El mejor momento para hacerlo es durante el tiempo en que el clima se mantiene templado, generalmente en otoño y primavera. Para hacerlo cortaremos un tallo semileñoso con bastantes brotes que, después de impregnarlo con hormonas de enraizamiento, clavaremos en sustrato nuevo especial para esquejes. Durante los siguientes días regaremos en abundancia para que la tierra permanezca siempre húmeda pero sin encharcar. En unas 4 o 6 semanas los esquejes habrán producido raíces y estarán listos para plantar en un lugar definitivo.

Plantas para combinar con lavanda

La lavanda es una planta resistente a la sequía que necesita poca agua para prosperar. Lo ideal es plantarla junto a otras plantas que tengan sus mismas necesidades: poca agua y mucho sol. Para esto son ideales muchas otras plantas aromáticas como el romero o la salvia y también plantas resistentes al sol y al frío como viburno o gaura. En general, todo tipo de plantas rústicas y resistentes a la sequía.

Plantar lavanda en macetas

Es posible cultivar una lavanda en maceta, pero deberemos buscar una que reúna las condiciones necesarias. Para empezar, una lavanda necesita un contenedor de tamaño generoso donde hay espacio para poder desarrollar su sistema radicular. Elegiremos un tiesto de unos 30 o 40 cm. de diámetro. En segundo lugar, la maceta debe tener su correspondiente agujero de drenaje que permita salir toda el agua excedente de los riegos. Nada hay peor para una lavanda que permanecer mucho tiempo con sus raíces encharcadas. Lo tercero que le procuraremos a nuestra lavanda en maceta es un sustrato acorde a sus necesidades. Este debe ser una buena mezcla para plantas en maceta.

Plantar lavanda en el suelo del jardín

Lo más común es cultivar lavanda en el suelo del jardín, en un lugar muy soleado donde podamos disfrutar de la fragancia de sus flores. En este tipo de ubicaciones no hay muchas restricciones: puede ser un suelo pobre incluso pedregoso. La lavanda se adapta perfectamente a cualquier tipo de ubicación salvo lugares con sustratos muy ácidos. Pero es algo que se puede solventar con la enmienda correspondiente.

 

       

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