Podar una lavanda no tiene gran misterio, pero es muy conveniente para mantener la planta con una bonita forma compacta. De hecho, si no la podas cada año, terminará por convertirse en un arbusto leñoso y desgarbado que apenas dará flores. Te explico cómo debes recortar y podar la lavanda en 3 sencillos pasos. Tanto si cultivas lavanda en el suelo del jardín, como si lo haces en macetas.
No temas cortar los tallos de la planta, se podan todos, manteniendo la forma redonda propia del arbusto. El límite está en la zona donde ya no hay hojas verdes, siempre hay que dejar algo de follaje. Sigue leyendo que te explico cómo y cuándo podar la lavanda.
Cómo podar la lavanda en 3 pasos
El primer consejo es que no cortar los tallos de una sola vez. Es mucho más cómodo y preciso podar una lavanda en dos pasos: el primero para aclarar la mata y el segundo para ver mejor hasta donde puedes cortar.
1.- Con unas tijeras de podar, corta todos los tallos florales unos 20-25 cm, redondeando la mata.
2.- Una vez hecho esto, repite una segunda poda acortando un poco más (10 cm aproximadamente) justo por encima de las últimas hojas verdes. La idea es dejar un arbusto redondeado, con una silueta armoniosa, y lo más pequeña posible pero que conserve algo de follaje. Podar así la lavanda facilita que, cuando la planta vuelva a crecer, broten más ramas y se haga una planta más densa y compacta.
3.- Corta también las ramas muertas, secas o débiles. Si el arbusto es viejo y está despoblado, intenta rejuvenecerlo cortando una o dos de las ramas más viejas a ras de suelo o por encima de un par de yemas.
.Ah! Y si tienes muchas plantas, puedes usar el cortasetos para podar tus lavandas.
¿Cuándo podar la lavanda?
Para que las lavandas jóvenes se vuelvan más densas se recortan tres veces al año: en febrero, marzo y abril. A partir del tercer año ya se considera que la planta es adulta. A partir de ese momento solo se podan dos veces al año: una poda ligera tras la floración y otra más fuerte en invierno.
Conservar las flores secas
Si quieres usar la lavanda para hacer ramos de flores secas, corta justo antes de que se abran. Así es como mejor se mantiene su color. El follaje también es muy aromático y puedes aprovechar los restos tras podar la lavanda para hacer bolsitas perfumadas para los armarios.
Amiga Mónica, excelente post que, como siempre, está bien explicado y no deja lugar a dudas.
Muchos besos.