Calibrachoa es un género de plantas perennes de la misma familia que la petunia, con la que guarda un gran parecido, que desde la primavera hasta el final del verano florecen sin cesar produciendo pequeñas flores con forma de campana. Su hábito de crecimiento es rastrero y, por tanto, sus ramas y flores colgarán si la plantas en una cesta colgante dando una imagen espectacular. Yo las tengo todos los veranos en el jardín, tanto si han perdurado de temporadas anteriores como si las he renovado. Me encanta el color brillante de sus flores y lo mucho que llena cualquier rincón. Hoy te cuento los cuidados de la calibrachoa, una planta que aporta mucho color al jardín.
Cómo es la calibrachoa
La calibrachoa es una planta siempreverde de tamaño más bien pequeño, cuya altura no supera los 20 cm. Es originaria de América del Sur y la especie más popular, Calibrachoa x hybrida, es un híbrido creado a partir de especies procedentes de Brasil. El cultivo de la calibrachoa es tan sencillo como el de su «prima mayor», la petunia. Puede que en algún sitio las veas con el nombre «Million bells» («millón de campanas» en español), por su abundante floración. Hay que conocer los cuidados de la calibrachoa para que produzca tantas flores, cosa que no es nada complicada.
Mantener la forma compacta de una calibrachoa
La planta tiene la tendencia natural de crecer alargando los tallos. Esto puede dar lugar a que su aspecto se haga larguiducho, despoblado y con flores solo en las puntas, pero vacío en el centro de la planta. Para evitar esta situación es recomendable ir pinzando los tallos. Ello hará que cada rama, en el lugar del corte, se desboble, consiguiendo matas más compactas y llenas de flores.
Cultivo y cuidados de calibrachoa
Luz
La calibrachoa se desarrolla mejor y florece más cuando está ubicada a pleno sol. Aún así, en lugares con veranos excesivamente calurosos puede ser más conveniente ponerlas en algún lugar a media sombra sonde reciba el sol de la mañana pero no incida al medio día y por la tarde.
Temperatura
La calibrachoa prefiere climas cálidos donde los inviernos son suaves. La temperatura ideal para su cultivo está entre los 15 y los 28ºC. Si no hace mucho frío en invierno la planta vivirá todo el año, pero si el termómetro baja de -1ºC, no sobrevivirá. Por esta razón en muchos sitios la calibrachoa se cultiva como planta anual.
Riego
El riego es uno de los cuidados de la calibrachoa que requieren más precisión. Tanto el exceso, como el defecto puede ser perjudicial. Lo notarás en que tu planta parece decaída y no florece bien.
Hay que regar la planta lo suficiente para mantener el suelo siempre un poco húmedo, que no permanentemente mojado. La frecuencia siempre depende del clima de cada lugar. En lugares húmedos requerirá menos riegos que en sitios donde luce mucho el sol y hace calor. Las plantas que están en macetas se riegan más a menudo porque el agua se evapora antes.
Suelo
La calibrachoa se puede plantar tanto en el suelo del jardín como en macetas. En ambos casos necesita un sustrato ligero que mantenga la humedad pero drene correctamente. Mejor si es rico en nutrientes y con un pH neutro o ligeramente ácido.
Abonado
La calibrachoa, al igual que su pariente la petunia, es una planta voraz que consume muchos nutrientes para conseguir esas flores tan bellas que nos regala. Por eso habrá que reponer el alimento que consume mediante fertilizantes que aplicaremos, con el agua de riego, durante la primavera y el verano cada 15 días.
Plagas y enfermedades de la calibrachoa
Entre los cuidados de la calibrachoa, el referente a las enfermedades y plagas es el que menos he sufrido con mis plantas. Pero eso no significa que no puedan ocurrir.
Cuidando bien la calibrachoa no es usual que la planta sufra enfermedades por hongos. Cuando se cultivan en zonas umbrías o con demasiada humedad y calor, las enfermedades fúngicas pueden aparecer. La raíz es la parte más sensible, por lo que hay que evitar, a toda costa, mantenerlas empapadas. Es muy difícil recuperar una planta de calibrachoa que se vea afectada por la pudrición de raíz.
Las plagas también pueden afectarles, sobre todo cuando son plantas que no reciben los cuidados adecuados y están debilitadas. Entre los insectos que la pueden atacar están los minadores, las cochinillas y los pulgones. Los primeros son difíciles de eliminar, ya que se introducen en los tallos de la planta y no son visibles hasta que salen. Los otros dos se pueden controlar si los detectamos pronto mediante remedios caseros ecológicos.
Es una de las plantas que compramos todos los años para un par de cestas colgantes. En Asturias tiene el problema de los hongos, por la humedad, y nunca lucen igual de hermosas como se ven en otras partes pero poco se puede hacer.
Un abrazo.
Quedan preciosas colgando en cestas. Gracias por tu aporte, Jose Antonio.
Un abrazo