Un jardín pequeño, bien planteado, resulta íntimo y acogedor, proporciona una agradable experiencia sensorial y permite disfrutar al máximo del espacio. Los jardines grandes ofrecen posibilidades infinitas pero cuando el espacio es limitado las opciones se reducen y hace falta mucho ingenio para sacarles todo el partido. Hoy te cuento algunos trucos para conseguir que esa sensación de espacio pequeño se desvanezca. Con una buena planificación podemos conseguir que hasta el más pequeño de los jardines parezca un edén, conjugando estética y funcionalidad
El factor sorpresa
Uno de los principales inconvenientes de un jardín pequeño es que todo el espacio se visualiza a la vez y se pierde el atractivo de los descubrimientos progresivos. Un jardín que se desarrolla gradualmente, con elementos de bienvenida en la entrada y nuevos hallazgos conforme te adentras en él, proporciona más emociones y sensación de amplitud.
Un camino sinuoso que no deja ver lo que hay al final o algunos elementos colocados para separar ambientes estimulan la curiosidad y alientan las ganas de continuar explorando más allá. Cuando el jardín se abre puede mostrar una zona de plantación bien cuidada con un área de juegos, una zona de estar, un comedor de exterior, etc., según las posibilidades del sitio y el gusto personal.
En mi minijardín, los desniveles, los giros y los arbustos frondosos que ocultan lo que hay detrás son elementos que refuerzan la sensación
Cuando dividir se convierte en multiplicar
La mayoría de la gente tiende a pensar que un jardín pequeño parecerá más pequeño si se divide. Sin embargo, si se hace con un sentido de la proporción y con suficiente espacio asignado a cada zona, aumentan las experiencias y la percepción del lugar.
Para marcar el límite entre un espacio y otro se pueden utilizar elementos que separen y sean nexo de unión a la vez, como un cenador, una pérgola, un pequeño estanque o una bordura. El uso de los mismos materiales en ambas zonas y la repetición de algunas plantas ayudará a mantener la coherencia de la totalidad.
Hace tiempo ayudé a diseñar el jardín lateral de una amiga, una zona larga y estrecha en la que el trazado de un sendero sinuoso, con ambientes diferentes en cada tramo, supuso un gran cambio.
La construcción de terrazas agrega otra dimensión
En mi jardín existe un gran desnivel desde sus orígenes, es algo que al principio me pareció un inconveniente pero que con el tiempo ha resultado uno de sus principales atractivos. Los desniveles separan zonas y crean expectativa por descubrir lo que ocultan. Mis 40 metros cuadrados de jardín parecen el doble gracias a este recurso. El mío es un desnivel considerable por requerimientos de la construcción, pero un jardín llano se puede dividir en terrazas con menos diferencia de altura y conseguir un fuerte impacto visual.
Las líneas curvas y las diagonales transmiten mayor sensación de espacio
La creación de divisiones y la creación de misterio no son las únicas maneras de agrandar los lugares pequeños, trabajar las líneas también es importante. La vista recorre con gran rapidez las líneas rectas, tanto las longitudinales como las transversales, por lo que si nuestro espacio está definido con rectas su visualización será muy rápida. Sin embargo, si está trazado con líneas curvas, la vista lo recorrerá más detenidamente, consiguiendo una experiencia más relajada y transmitiendo la sensación de mayor amplitud del espacio.
Las líneas diagonales producen un efecto similar. Un patio establecido en diagonal al eje marcado por la longitud y la anchura de la superficie rompe nuestra orientación axial habitual y ayudar a transmitir mayor sensación de espacio.
Otros elementos atractivos
Hay detalles muy valiosos para ampliar la profundidad y la dimensión de un lugar pequeño, cualquier elemento que mejore una percepción sensorial puede ser interesante. Los jardines del agua son ideales para esto, aunque se trate solo de una pequeña fuente. El delicioso sonido del agua, el reflejo de la luz en la superficie, el colorido y el movimiento de unos peces. Pocos elementos ofrecen tanto en tan poco espacio.
Las plantas son el elemento esencial del jardín, le aportan la vitalidad, la frescura, definen el paisaje. Las plantas deben tener una relación perceptible entre sí, interactuando visualmente a través de los principios de la armonía y el contraste de formas y texturas. Con ellas y algunos de los elementos mencionados anteriormente, hasta el menor de los jardines puede ser una fuente inagotable de placer.
Imágenes: Guía de Jardín, Planos: Finegardening
Muy interesante todo lo que propones. Mi jardín tiene también bastante pendiente y tuve que recurrir a las terrazas que son sin duda su principal atractivo. Líneas curvas y utilización de plantas de diferentes tamaños ayudan a crear perspectivas y una mayor sensación de espacio.
Saludos
Buenisima información Monica, algunos recursos ya los conocía pero otros no y siempre es bueno para refrescar. Muchas gracias.