Las plantas de interior son maravillosas, decoran nuestros hogares a la vez que nos aportan múltiples beneficios. Yo suelo volcarme en las plantas de interior cuando llega el invierno. Las del jardín necesitan menos atenciones y, como paso más tiempo dentro de casa, me gusta cultivar y cuidar mis plantas de interior. Pero lo cierto es que no todas se me dan bien, algunas parece que les encanta morir. Imagino que no soy la única a quien le pasa, pienso que hay más gente que tiene problemas con las plantas de interior, sobre todo si eres principiante.
Lo cierto es que no se mueren por capricho, los problemas con las plantas de interior suelen ocurrir porque algo estamos haciendo mal con ellas y, en muchos casos, se puede evitar. Después de años y mucho leer y cuidar las plantas de interior he aprendido que la mayoría son bastante predecibles, y la gran mayoría de las bajas son causadas por los mismos factores. Estas son las principales razones por las que mueren las plantas de interior.
Problemas con las plantas de interior: demasiada agua
Puede parecerte algo imposible, todos sabemos que las plantas quieren agua y tendemos a pensar que más vale pasarnos que quedarnos cortos. Pues en realidad, no solo es posible, sino un error muy común que se suele cometer y uno de los principales problemas con las plantas de interior. Hay muy pocas plantas que, cultivada en maceta, necesiten un riego diario, ni siquiera esas plantas tropicales que tanto nos gusta cultivar dentro de casa.
El consejo para evitar esto es esperar que se sequen los tres centímetros superficiales del sustrato antes de volver a regar. También debes regar cuando detectes signos de sed en la planta, como hojas caídas o marchitas. Como regla general piensa que no debes regar tus plantas hasta que lo necesiten.
En el caso de las plantas suculentas esto se intensifica más. Una suculenta necesita poca agua y puede pasar periodos largos de tiempo sin que la riegues. Por eso se suele decir que las plantas crasas son ideales para novatos y olvidadizos. El riego de estas plantas debe hacerse cuando el sustrato esté completamente seco. Para comprobarlo puedes utilizar un palito de madera con el que pincharás la tierra. Solo tienes que regar si al sacarlo, el palito sale seco, sin tierra adherida. Prueba a cultivar una suculenta si sueles tener muchos problemas con tus plantas de interior.
Problemas con las plantas de interior: drenaje deficiente
Es un problema similar al exceso de riego. El riego y el drenaje están estrechamente relacionados. Si hay mal drenaje, un poco de agua puede ser demasiada. Las macetas que drenan mal pueden retener fácilmente el agua en el fondo de la maceta, incluso aunque la parte superior parezca seca. El resultado son raíces inundadas por el agua, creando las condiciones perfectas para que se pudran.
Cuando la maceta descansa sobre un plato o bandeja de riego siempre hay que vaciar ese recipiente si se llena de agua después de regar. Dejarla es como dejar la planta reposando con las raíces en un estanque. Esto es una invitación en toda regla para la pudrición de la raíz y genera uno de los grandes problemas con las plantas de interior.
Como regla general, cuanto mejor sea el drenaje de la maceta más frecuentemente tendrás que regar, pero menos posibilidades habrá de cometer errores con el riego.
No trasplantar
Es habitual tener una planta durante uno o dos años prosperando en la misma maceta sin problema alguno. El ejemplar luce perfecto, sin ningún contratiempo, y pasan los días hasta que llega un día que, de repente, comienza a decaer sin motivo alguno. En muchos casos esto es provocado porque la planta ha desarrollado tanto su sistema radicular que ya llena el contenedor y no puede recibir la nutrición adecuada del suelo (porque apenas queda). No es necesario trasplantar todas las plantas todos los años, pero debes comprobar, cada cierto tiempo, si las raíces han crecido hasta llenar la maceta.
Usar tierra vieja para macetas
Esto está estrechamente relacionado con la falta de trasplante. La mayoría de las mezclas de sustrato para macetas se basan en materiales que se descompone con el tiempo y cambia su pH. A medida que el sustaro se descompone, se vuelve más difícil que las raíces absorban el agua y el oxígeno del medio, por lo que la planta se morirá de hambre lentamente aunque tú la riegues y fertilices adecuadamente. La mejor solución aquí es trasplantar cuando la planta lo necesite. Si tu planta también demasiado vieja, haz esquejes y conviértela en nuevas plantas.
Un riego deficiente
Esto se debe principalmente a la negligencia y suele suceder por la falta de experiencia o los olvidos. La única solución es tomar conciencia del problema y evitarlo. Establecer una rutina de riego puede ayudar, aunque no siempre es la solución porque no todas las plantas tienen las mismas necesidades de agua. Pero es una técnica que ayuda mucho. Yo repaso todas mis macetas el día que hago limpieza de la casa y suelo regar un poco casi todas.
Problemas de luz, temperatura y fertilizante
Incluimos luz y fertilizantes en esta lista pero lo cierto es que, si se hace bien la parte de riego y drenaje, muchas plantas se adaptan bien al resto de condiciones. Una planta con un sistema radicular saludable generalmente podrá sobrevivir a fluctuaciones de temperatura, condiciones de iluminación imperfectas e incluso niveles de luz inferiores a los ideales.
Las plantas necesitan una base sólida para prosperar y ésta viene condicionada por lo que pasa dentro de la maceta. Dicho esto, si puedes proporcionar la cantidad ideal de luz y un abonado periódico y equilibrado, tus plantas estarán más bonitas.
Mi ultimo consejo es que, si notas que estás matando muchas plantas, tal vez debas pensar en comprar plantas de interior más duras y pasar gradualmente a plantas más delicadas. Las suculentas, por ejemplo, son plantas muy adecuadas para principiantes. La pilea, por ejemplo, es una preciosa planta de interior que necesita pocos cuidados y es muy decorativa. El lirio de la paz, sin ser suculenta, también es fácil. Pero hay muchas más que puedes probar.