Ya he hablado en el pasado sobre Beth Chatto, una de las grandes jardineras y paisajistas británicas de nuestra época. La idea de que las plantas de jardín prosperan mejor en situaciones similares a su entorno natural original, tan obvia para cualquiera de nosotros actualmente, era algo que hasta la década de los años 60 ni se planteaban la mayoría de los jardineros. Gracias al profundo estudio que Beth Chatto dedicó a este tema, y la amplia difusión que proporcionó con sus libros, la idea caló en la conciencia de muchos otros compañeros de profesión y aficionados al jardín. Especialmente con este volumen: «El jardín de grava»
Beth contaba con el amplio conocimiento que su esposo Andrew tenía sobre botánica, especialmente sobre el origen de las planta de jardín, y con su colaboración consiguió establecer la máxima que rige todo su trabajo: «la planta correcta para el lugar correcto». Los primeros libros que publicó son muy ilustrativos: «El jardín húmedo», «El jardín seco», «El jardín de sombra», «El jardín de grava».
«El jardín de grava» es para mi uno de sus libros más interesantes porque es el que más similitudes tiene con mi propio jardín, en lo referente a la escasez de recursos. La propia Beth describe los terrenos donde creó su jardín de grava como «posiblemente el pedazo de tierra más seca y azotada por el viento de toda Inglaterra«. Cuando comenzó el diseño de este espacio decidió que este jardín «no será regado en tiempos de sequía. Una vez establecidas, las plantas deben defenderse o morir.»
No todos los jardines tienen las mismas condiciones climáticas, los hay mucho más secos que el de Beth, por supuesto; pero en su obra escrita, la autora explica cómo sus principios se pueden aplicar en general, ayudando a cualquier jardinero que se enfrenta con escasez de agua y suelo pobre.
El jardín de grava de Beth Chatto se originó como un experimento y en la actualidad es famoso por el hecho de que nunca se riega y, a pesar de ello y la pobreza de su suelo, exhibe una espectacular colección de plantas tolerantes a la sequía. Éste es uno de mis jardines favoritos y, de hecho, yo también creé un espacio de grava en una zona complicada de mi jardín.
Los resultados, elocuentemente descritos por la autora y con fotografías sensacionales tomadas por Steven Wooster a través de las cuatro estaciones, atestiguan el triunfo de aquella aventura y constituyen la base de la corrientes actuales de jardinería sostenible.
Os dejo el enlace a tres de sus mejores libros relacionados con el jardín sostenible, de bajo consumo de agua y escaso mantenimiento. Los tres son maravillosos, pero los tres están inglés. A poco conocimiento que tengas del idioma, valen la pena. Yo no sé mucho inglés pero me encantan los libros de jardinería ingleses.
Imágenes: UKgardenphotos via Flickr
Hola Monica, muy interesante este libro, siempre hay soluciones para todos los gustos. Un besin muy grande.
Gracias, Lola. Así es, y precisamente Beth Chatto tiene un jardín que engloba muchos tipos de jardines distintos.
Un beso
Muy interesante este libro sobre el jardín de grava ¡y qué jardín tan bonito!
Un beso grande.
Gracias Montse. Bonito e interesante para nosotras que seguimos los principios de la xerojardinería.
Besos
Me parece un libro muy a tener en cuenta y tomar muy buena nota. ¿ Esta en castellano?