Rosa spinosissima es una especie silvestre dentro del género de los rosales. Su distribución natural comprende terrenos calizos de gran parte de Europa, el Cáucaso, así como el centro y el este de Asia. En la Península Ibérica se puede encontrar en el Sistema Pirenaico-Cantábrico, el Sistema Ibérico y en las Cordilleras Béticas. No es un rosal de uso decorativo y en la actualidad no se utiliza en jardinería. En tiempos se cultivaba en los jardines para preparar remedios caseros a partir de sus flores y semillas.
Descripción de Rosa spinosissima
Rosa spinosissima es la más espinosa de todas las rosas silvestres y de ello deriva su nombre. Es un arbusto bajo (entre medio metro y metro de altura) que se puede encontrar desde las zonas costeras de Gran Bretaña e Irlanda hasta los sotobosques y lugares pedregosos de muchas regiones de Europa, Asia y norte de África. Sus flores blancas, salpicadas de rosa, con cinco pétalos y de 3 a 5 cm de ancho. Se parece mucho a otros rosales silvestres pero las vainas que rodean las semillas son, en esta especie, de color púrpura.
Rosa pimpinellifolia es un sinónimo por el que también se conoce a este arbusto. Las hojas de este rosal son muy parecidas a las de la pimpinela menor (Sanguisorba minor), una hierba comestible perteneciente a la familia de las rosáceas, y de ella deriva su nombre.
Características de la Rosa spinosissima
Como la Rosa canina, otra especie de rosa silvestre, este rosal es un arbusto caduco pequeño y muy floreciente que resiste la sequía, las altas temperaturas y las heladas. La floración, en nuestra península, se produce de mayo a julio. Las flores son pequeñas, aparecen aisladas al final de un tallo corto y son blancas, sencillas con numerosos estambres amarillos.
El fruto de la rosa espinosa es una baya lisa y carnosa, llamada escaramujo. Mientras que en otras especies silvestres este fruto es de color rojo, en la Rosa spinosissima tiene color púrpura, algo que sirve para diferenciarla con claridad.
Antiguamente era una rosa muy apreciada por sus propiedades terapéuticas, aunque hoy en día ya no se utiliza con esa finalidad. Sobre todo teniendo en cuenta que la dificultad de recoger hojas y escaramujos de un rosal tan espinoso. Con ellos se preparaban remedios a base de hierbas: té de rosas con las hojas, jarabe con los escaramujos e incluso licor de rosas. Además, la spinossima es una rosa perfumada, por lo que también servía para hacer «agua de rosas».
Cultivo de la Rosa spinosissima
Es muy extraño cultivar rosales silvestres en los jardines. Habiendo tantas rosas cultivadas mucho más ornamentales el interés por las silvestres es escaso o nulo. Aún así, si sientes curiosidad y has conseguido semillas o algún esqueje de esta planta y deseas verla crecer, los cuidados que debes prodigarle no son muy diferentes a los de cualquier rosal comercial. Con la diferencia de que los silvestres son especies mucho más rústicos que sufren menos enfermedades. De hecho, la inmensa mayoría de rosales cultivados están injertados sobre un patrón silvestre.
Esqueje de rosal silvestre
Para conseguir que enraíce un esqueje de rosal silvestre se debe tomar una estaca y plantarla en otoño. La estaca será un trozo de rama del grosor de un lápiz que haya florecido en verano. Las ramas no florecidas son menos vigorosas y tienen menos reservas, por lo que contarán con menor probabilidad de enraizar. La estaca debe medir entre 20 y 25 cm. de largo. Cortaremos un extremo en bisel, justo por encima de una yema, y el otro extremo en horizontal. Eliminaremos las hojas y otras yemas que haya dejando solo la superior, impregnaremos el extremo que cortamos en horizontal con hormonas de enraizamiento y clavaremos la estaca en tierra hasta hundirlo unos 15 cm. Mantendremos el suelo húmedo y sin que le dé el sol directo hasta que observemos que la yema produce hojas.
Si hemos esquejado el rosal para utilizarlo como patrón, la mejor época para hacer el injerto de la copa es en Marzo, cuando el nuevo rosal haya brotado.
Ubicación
Se dice que todos los rosales necesitan muchas horas de sol directo para florecer y así es en general. La Rosa pimpinellifolia es la excepción a la regla ya que, al ser un rosal de sotobosque, puede desarrollarse bastante bien tanto a semisombra como a pleno sol. Según donde esté ubicada deberemos ajustar los riegos.
Suelo
Rosa spinossisima no tiene exigencia en cuanto al tipo de sustrato y, aunque prefiere los calizos, puede crecer en cualquier mezcla que drene correctamente. Los encharcamientos de agua en las raíces son su principal enemigo y hay que evitarlos.
Temperatura
La rosa espinosa es un rosal muy rústico capaz de soportar los inviernos más fríos sin morir. También es resistente al calor.
Riego
Rosa pimpinellifolia puede tolerar cortos periodos de sequía pero lucirá mejor si lo regamos con moderación. Todo depende del clima del lugar donde esté ubicado. El sol, el viento, etc., influyen en la cantidad de humedad que puede retener el sustrato y hay que adaptarse a ello. Un par de veces por semana puede ser un buen comienzo para después ir ajustando según los resultados.
Fertilizantes
Una buena manera de alimentar este rosal es agregando un puñado de abono orgánico en primavera al suelo. Puede ser estiércol de caballo, humus de lombriz, gallinácea, etc. Con eso suele ser suficiente.
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Ahora ya conoces un poquito más de este rosal silvestre que, a pesar de ser poco usado en jardinería, no está carente de belleza. Con estos cuidados podrás cultivarlo en tu jardín y no te dará problemas.
Muy interesante el post de esta semana amiga Mónica. Le tenía prácticamente casi olvidado y me los has vuelto a recordar.
Un fuerte abrazo amiga.
Encantada de que te haya gustado.
Un abrazo.
Excelente información que se puede aplicar a todos los rosales silvestres. Tienes razón que aquí apenas se cultivan ya que crecen salvajes por todas partes. En el camino a la Barrosa hay ahora dos rosales salvajes en flor justo esta semana y están preciosos pero tienen unas espinas terribles. Lo cierto es que yo tengo muy pocos rosales ya que el mildiu los destroza y los llena de manchas y hojas muertas. Es una batalla perdida así que solo tengo algún floribunda que son casi indestructibles.
Saludos
A mi me ocurre igual. Ahora solo tengo el Pierre de Ronsard y ya está lleno de roya.
Un abrazo.
Es bonito este rosal porque presenta un gran número de rosas, lo malo es que sea tan espinoso, tal vez por eso no es muy frecuente cultivarlo en los jardines habiendo otros rosales igual de atractivos pero sin tantas espinas.
Muchos besitos.
Pues sí, tanta espina desanima.
Un beso, Montse.