Rosa canina: descripción y propiedades de este bonito rosal silvestre

La rosa canina es una de las variedades silvestres dentro del género de los rosales. Su origen se encuentra en Europa y parte de África y Asia occidental, aunque hoy en día está distribuido por casi todo el mundo. Se trata de un bello arbusto de hoja caduca y es fácil encontrarlo en el campo o el monte en lugares de clima templado. A pesar de su belleza, poco se utiliza ya como arbusto decorativo, y es que en la actualidad hay rosales con características mucho más deseadas. Sin embargo, por sus buenas propiedades se emplea en remedios naturales con rosas, medicina natural e incluso tiene usos culinarios.

Descripción de la rosa canina

La rosa canina, también conocida como escaramujo o rosa silvestre, es un arbusto espinoso que puede llegar a los 3 metros de altura. Los tallos son sarmentosos, colgantes y de manera natural crecen enmarañados. Las flores son simples, con cinco pétalos, de color rosa o blanco, y se forman solitarias o agrupadas formando corimbos. El follaje, verde intenso y caduco, comienza a caer cuando llegan los primeros fríos, dejando el arbusto desnudo.

En invierno, las flores que han sido polinizadas maduran y se forma el fruto, una capsula ovoide de color rojo intenso que se llama escaramujo. El escaramujo mide entre 1 y 2 cm, y contiene en su interior las semillas.

rosa canina escaramujos

Características de la rosa canina

Este rosal es un arbusto vigoroso y muy floreciente que resiste la sequía, las altas temperaturas y las heladas. La floración se produce durante la primavera. Las flores son pequeñas pero numerosas. Cada flor cuenta con 5 pétalos rosa pálido o blanco, numerosos estambres amarillos, y tiene un diámetro de unos 5 cm.

El fruto de la rosa canina es una baya lisa y carnosa de color rojo, llamada escaramujo o tapaculo, que madura entre el final del verano y el principio del otoño. El escaramujo se puede comer, aunque mejor quitando las duras semillas que hay en el interior y que son como pequeños huesos. Con ellos se elaboran mermeladas.

La rosa canina es una especie con propiedades terapéuticas. De la destilación de los pétalos de esta flor se extrae el «agua de rosas», un extracto con cualidades antiinflamatorias que tiene diversas aplicaciones para el cuidado de la piel.

El uso medicinal de este rosal es antiguo. Así lo constata la orden Capitulare de villis vel curtis imperii, un decreto emitido por Carlomagno reclamando a sus campesinos cultivar una serie de plantas incluida la  Rosa canina.

De los pétalos de la rosa canina también se obtiene un aceite esencial al que se le puede dar usos variados. Existe aceite de rosas de grado terapéutico y aceite de rosas para aromaterapia o cosmética con el que se elaboran perfumes.

Por el vigor y alta resistencia de la rosa canina, este rosal se emplea como patrón para injertar otros rosales ornamentales.

Componentes activos presentes en la rosa canina

Las diferentes partes de esta planta contiene sustancias orgánicas con propiedades beneficiosas.

Las hojas son ricas en taninos y clorofila. Los taninos son compuestos bioactivos que tienen la capacidad de modular los procesos metabólicos y promover la salud. La clorofila es un gran antioxidante.

Los pétalos de las flores contienen mucilágos, una fibra soluble que ayuda a bajar el nivel del colesterol en la sangre.

Los frutos maduros tienen un alto contenido de vitamina C, pectina e hidratos de carbono.

De las semillas se extrae un aceite rico en omega 3 de uso cosmético muy similar al de la rosa mosqueta.

Cultivo de rosa canina

La rosa canina necesita los mismos cuidados que cualquier otro rosal. Pero, a diferencia de los rosales cultivados, este arbusto silvestre es más resistente y menos delicado. Se ve menos afectado por plagas y enfermedades.

Reproducción de Rosa canina

El rosal se puede reproducir por semillas que se siembran en primavera. También se puede multiplicar por esquejes que se plantarán a final del invierno. Los restos de la poda se pueden aprovechar para conseguir más rosales.

Trasplante de la rosa silvestre

Si la vas a plantar en tierra o quieres cambiarla a una maceta mayor, lo ideal es hacerlo a principio de primavera. Así, durante la temporada, el arbusto se acomodará a su nuevo emplazamiento.

Ubicación

Todos los rosales necesitan un lugar en el exterior donde reciban la luz directa del sol. En regiones muy cálidas puede que les venga bien tener algo de sombra por la tarde. Las rosas necesitan 6 horas de sol para desarrollarse bien y ofrecer una profusa floración.

Suelo

Tolera todo tipo de suelos si está plantado en tierra. Si lo cultivamos en una maceta es conveniente proporcionarle un sustrato rico en nutrientes mezclado con perlita para que retenga mejor la humedad.

Temperaturas

No hay problemas de temperaturas con la rosa canina. Es capaz de soportar el calor tórrido del verano y fuertes heladas en invierno.

Riego de la Rosa canina

Este rosal agradece un riego frecuente para ofrecer su máxima belleza. En verano lo regaremos días alternos y una vez por semana el resto del año. Aunque puede tolerar cortos periodos de sequía, lucirá más bonito si le damos el riego adecuado.

Fertilizantes

Es recomendable fertilizar con abono orgánico durante la temporada de primavera/verano. Podemos aplicar estiércol de caballo a principio de primavera y abono líquido cada 15 días durante el resto de la estación.

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Con estos cuidados conseguirás tener un bello y original rosal en tu jardín que lo llenará de belleza y no te dará problemas.

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6 comentarios en «Rosa canina: descripción y propiedades de este bonito rosal silvestre»

  1. Un interesante y bello articulo sobre la rosa canina, tan olvidada hoy día amiga Mónica.
    Un fuerte abrazo y feliz resto de semana.

  2. Hola Mónica. Esta rosa crece en abundancia en mi tierra y es muy fácil verla en los bordes de los bosques. Preciosa y como bien dices fuente de vitamina c . Un besin.

  3. Hola, Mónica.
    No se si sabías que en el jardín hispano árabe era la rosa que se cultivaba y en los poemas de esos siglos en los que aparece o hacen referencia, era la especie de la que hablan.
    Me encantó tu artículo.
    Un abrazo.

Los comentarios están cerrados.

       

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