Nos encanta cultivar plantas aromáticas en el jardín: salvias, santolinas, romero, lavanda… No solo son decorativas y apropiadas para nuestro clima, también son plantas útiles que aportan grandes beneficios. En nuestro jardín crecen desde hace más de 20 años dos laureles (Laurus nobilis) y nunca nos han faltado sus hojas para cocinar. Cada primavera, por estas fechas, las ramas pegan un estirón y hay que recortarlas, cosa que aprovechamos para recoger las hojas que sobran y ponerlas a secar.
El Laurel es originario del área mediterránea, donde crece silvestre en muchos lugares y se cultiva en muchos jardines. Su follaje es perenne, verde oscuro, brillante y muy aromático. Se puede cultivar en macetones o en tierra, como un arbusto, pero si no se poda se llega a convertir en un árbol de tamaño considerable cuando está plantado en suelo. Nosotras los mantenemos con una altura de metro y medio recortándolos a menudo con forma redondeada.
Las hojas de laurel se venden es los supermercados como aderezo culinario, se vende y utiliza seco porque así se conserva mejor, no porque fresco pueda resultar perjudicial para la salud. Lo que sí es cierto es que cuando se usan hojas frescas el aroma es mucho más intenso y con menos cantidad es suficiente para dar sabor.
Cuándo se recogen las hojas de laurel
En principio se puede hacer en cualquier época del año, pero yo suelo recogerlas cuando podo el arbusto. Ahora, en primavera, la planta crece con vigor y hay muchos tallos para cortar. Durante el verano el crecimiento se detiene debido al calor, pero en otoño vuelve a activarse.
Dicen que el mejor momento para cogerlas es por la mañana, pues la concentración de componentes aromáticos es mayor, lo cierto es que yo las guardo sea cual sea la hora del día en que hago la poda, y me gusta el resultado.
Secar las hojas de laurel
La forma clásica de secar cualquier tipo de hierba es colgarlas en ramilletes, boca a bajo, en un lugar seco y fresco. Con el laurel se puede hacer lo mismo, atando varios tallos agrupados y colgándolo en un lugar seco, apartado de la luz directa del sol. Allá donde se ponga, inundarán el aire de un delicioso aroma.
También se pueden secar solo las hojas, separadas de los tallos, lavadas y secas dentro de una bolsa de papel o tela. De este modo se pueden almacenar en la oscuridad de la despensa y tenerlas a mano cuando llegue el momento de cocinar con ellas.
Una tercera forma de prepararlas para su conservación consiste en triturarlas y preparar laurel molido. Después de lavarlas minuciosamente se secan durante un par de días para que se puedan triturar con mayor facilidad en la batidora de mano o la picadora. El laurel en polvo se puede conservar dentro de un recipiente hermético y se utiliza añadiendo una pizca al guiso que queramos condimentar.
Conservar el laurel en casa
Tengo entendido que el laurel seco mantiene su aroma en perfectas condiciones hasta tres meses, aunque yo creo que lo he utilizado incluso pasado ese tiempo. Como otras hierbas y condimentos se deben almacenar en un lugar oscuro, seco y ventilado para que no se estropee.
¡Muy importante! No debemos utilizar nunca en la cocina laurel, o cualquier otra planta del jardín, si hemos aplicado productos químicos como pesticidas o insecticidas. Para deshacernos de las molestas plagas que invaden las plantas es mejor utilizar remedios ecológicos y naturales.
Que bonito y verde lo tienes, el mio siempre está con las puntas marrones y secas y no he encontrado a que se debe, pero las que se mantienen bien también las recojo y seco. Gracias Mónica
Mi laurel es un árbol, aunque me habría resultado más práctico que fuera un arbusto como el que tienes tú, así alcanzaría mejor a coger las hojas. Yo las recojo directamente cuando voy a ponerle laurel a un guiso, con una media hoja ya tengo suficiente porque el sabor que desprende en fresco es más intenso y también guardo algunas, se secan bien colgadas en ramitos.
Bueno, es exactamente como lo has explicado jajaja.
Muchos besos.