Las orquídeas silvestres son hermosos regalos de la naturaleza que crecen en diversos hábitats alrededor del mundo. Aunque la inmensa mayoría provienen de ambientes tropicales o subtropicales, muchas se han adaptado a climas diversos. Se pueden encontrar desde el severo clima de estados como Alaska, hasta desiertos como el de Kalahari, incluyendo regiones de clima benigno como el Mediterráneo. De las 35.000 especies de orquídeas que se calcula que existen en el mundo, un 1% viven en el continente europeo. Sigue leyendo para conocer un poco más de estas peculiares flores silvestres.
Cómo son las orquídeas silvestres
Las orquídeas silvestres son aquellas que crecen y se desarrollan naturalmente en un área o hábitat en particular sin ninguna ayuda del ser humano, ya sea directa o indirectamente. De más de 30 000 especies de orquídeas identificadas hasta el momento, al menos 350 son nativas de Europa. Las orquídeas silvestres tienen un aspecto muy diferente a las tropicales. Tanto la planta como las flores son mucho más pequeñas que las especies exóticas que se comercializan. Aún así, la forma de las flores de las orquídeas silvestres es espectacular y muchas de ellas se asemejan a diversos insectos, como el género Ophrys, cuyas flores recuerdan la forma de una abeja.
Teniendo en cuenta la gran cantidad y diversidad de variedades de orquídeas silvestres en Europa y en todo el mundo, es casi imposible presentar una lista de de todas ellas. Solo en España se han identificado más de 130 especies de orquídeas silvestres que se distribuyen por zonas boscosas y humedales, riberas, arroyos, dehesas y otros microclimas diversos.
Nutrición y reproducción
Además de tener una forma muy atractiva, las orquídeas silvestres presentan otras curiosidades. La familia Orchidaceae es una de las familias de plantas más evolucionadas y tienen sorprendentes mecanismos para nutrirse y reproducirse. La gran mayoría de orquídeas silvestres son heterótrofas, lo que significa que se alimentan de otros seres vivos. Para obtener nutrientes acogen entre sus raíces un tipo de hongos llamados micorrizas, capaces de producir materia orgánica. Hay especies que continúan con esta alimentación toda su vida y otras que en su madurez producen hojas con clorofila y pasan a ser autótrofas.
La reproducción de la orquídea silvestre se basa en la entomofilia, un sofisticado sistema de polinización muy atractiva para los insectos. Para llamar a estos seres vivos, las orquídeas disponen de trampas visuales en sus flores y emiten señales químicas a base de feromonas. Los machos, cautivados por estas señales sexuales, se posan en las flores y realizan una pseudocópula, lo que provoca que su cuerpo quede cargado de polen que transportan a otras orquídeas que también les engañan haciéndoles pensar que son hembras.
Algunas variedades de orquídeas silvestres en España
En la Península Ibérica se encuentran unas 130 especies de orquídeas silvestres diferentes, algunas realmente extrañas y difíciles de observar. Algunas de las más curiosas son:
- El zueco de dama (Cypripedium calceolus) es una variedad con flores muy vistosas, con forma de original zapatito, que en España está considerada en peligro de extinción.
- La orquídea lagarto (Himantoglossum hircinum) es una orquídea silvestre de gran talla que puede al metro de altura. En el extremo de su tallo produce una exótica inflorescencia llena de flores blanquecinas y verdosas.
- La orquídea silvestre conocida como mariposa (Anacamptis papilionacea), tiene una bella flor que recuerda a este lepidóptedo y se distribuye por toda la cuenca mediterránea.
- Anacamptis collina es otra variedad de orquídeas silvestres que se puede encontrar en España, concretamente por la cuenca mediterránea. Sus tallos y flores son de un intenso color púrpura.
- Anacamptis pyramidalis es una orquídea silvestre fascinante que forma una inflorescencia de diminutas flores color rosa en el extremo de un tallo de unos 30 cm de altura. Emana un perfume intenso.
- Limodorum abortivum carece de hojas basales y produce una flor grande, de las más grandes de todas las orquídeas silvestres de nuestro país. Tiene un atractivo colorido con tonos violeta y crema.
- Las orquídeas de coral (Corallorhiza trifida y Epipogium aphyllum), por ejemplo, son de tamaño muy pequeño y pueden tardar muchos años en producir órganos aéreos, realizando su ciclo vital de manera subterránea.
- La orquídea abeja (Ophrys lutea), de color predominantemente amarillo, tiene pequeños pétalos que imitan la forma del abdomen de este insecto. Es un ejemplo claro de la entomofilia que explicábamos antes.
Cultivo de orquídeas silvestres
De las muchas especies de orquídeas silvestres que crecen en España, casi el 60 por ciento están catalogadas como amenazadas o en peligro de extinción. Esto significa que sacar plantas de orquídeas silvestres de su hábitat no solo es destructivo sino que puede ser ilegal. Si bien la mayoría de las orquídeas silvestres nunca han sido abundantes, en la actualidad enfrentan más desafíos que nunca, debido principalmente a la pérdida de hábitat y los cambios climáticos en microclimas específicos. Por eso es una buena idea pensarlo dos veces antes de extraer orquídeas silvestres de su hábitat para el cultivo. Si decides intentarlo, asegúrate de que la orquídea no esté clasificada como en peligro de extinción o amenazada. Busca orquídeas que estén disponibles al público a través de viveros acreditados.
Las orquídeas silvestres dependen de relaciones simbióticas complejas con varios hongos, que les proporcionan los nutrientes que las plantas necesitan para germinar y desarrollarse. Incluso los botánicos no tienen el conocimiento absoluto de cómo funciona esta relación o exactamente qué hongos están involucrados para especies específicas de orquídeas. Sin embargo, se sabe que las orquídeas silvestres crecen en áreas con diversidad y abundancia de hongos. Esto explica por qué las orquídeas silvestres son notoriamente difíciles de cultivar, incluso para los jardineros expertos con invernaderos profesionales. Aunque hay algunas orquídeas silvestres disponibles comercialmente, su desarrollo es difícil de mantener y muchas de estas plantas tienden a tener una vida muy corta.
Si decides intentarlo, se han escrito innumerables libros sobre el complejo arte de cultivar este tipo de orquídeas. La mejor manera de comenzar es disponer de una mente abierta y dedicar muchas horas de investigación cuidadosa. ¡Buena suerte!
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