Levens Hall, un jardín con topiaria de 300 años

Los juegos de naipes eran muy populares entre la aristocracia inglesa del siglo XVIII. Las apuestas eran altas y algunos aristócratas, absolutamente adictos a ellas. Grandes mansiones eran la carta de pago de las deudas contraídas y una de ellas fue Levens Hall, esta hermosa propiedad con más de cuatro hectáreas de parque que en 1688 sirvió para saldar los débitos de su propietario, Alan Bellingham.

Cuando la familia Bellingham adquirió la finca, en 1562, convirtieron las viejas ruinas medievales de un edificio del siglo XII en la confortable casa isabelina que existe en la actualidad. El azar arrancó Levens de las manos de los Bellingham y se la otorgo al coronel James Grahme, oficial del ejército del Jacobo II, último monarca católico de Inglaterra y Escocia.

Grahme era un hombre culto y refinado, acorde a un caballero de la sociedad cortesana. Gozaba de la confianza y los favores del rey,  pero, cuando el monarca abdicó, se quedó sin oficio ni beneficio. Aún así, había acumulado una enorme fortuna, que dedicó a mejorar su casa y sus tierras recién adquiridas. Contrató a Guillaume Beaumont, jardinero del mismo rey y víctima, también, del cambio de régimen.

Beaumont era de origen francés. Había colaborado con Le Notre en Francia, y en Inglaterra trabajó para la corte en el jardín de Hampton Court. Aunque asesoró a muchos propietarios de todo el país en el diseño de sus jardines, solo Levens Hall ha perdurado y sobrevive en la actualidad.

Levens se proyectó con un diseño formal, influencia del estilo holandés de este periodo. Los gustos fueron cambiando hacia el jardín natural y pronto se impuso el estilo paisajístico. Casi todos los antiguos jardines formales fueron arrancados y reemplazados durante el siglo XVIII. En Levens, la falta de herederos que siguieran las modas, y el hecho de que esta casa era poco frecuentada por la familia, favoreció la supervivencia de este jardín.

El jardín de Levens Hall, en la actualidad, mantiene el diseño original que Grahme y Beaumont trazaron y ejecutaron hace más de 300 años sobre estas tierras. Los parterres, las avenidas, las borduras y toda la fantasía propia de un jardín inglés del XVII están presentes en Levens. Pero lo que lo hace magnífico es el jardín de topiaria, el más antiguo y extenso del mundo.

Son más de 100 piezas recortadas con diseños únicos: tejos, illex, boj, acebos, etc. La mayoría son formas geométricas o abstractas, pero destacan las figuras de ajedrez: el rey y la reina. Para mantenerlos es necesario un trabajo continuo por parte de los jardinero.

En los parterres, bajo las topiarias, crecen pensamientos, violas, tulipanes, margaritas, begonias, heliotropos, prímulas, geranios, etc. Una larga lista de especies que van cambiando según la estación.

Un antiguo y bello jardín que yo admiro en fotografías y muchos afortunados pueden recorrer en persona. Está abierto al público y se puede visitar, al igual que la casa. Los horarios y tarifas, están disponibles en su web. Allí, además hay mucha más información sobre este maravilloso lugar.

Fotografías: Tara T

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6 comentarios en «Levens Hall, un jardín con topiaria de 300 años»

  1. ¡Que maravilla! Espectacular. Muchas gracias Monica por compartir tanta maravilla. Un beso grande.

  2. La topiaria inglesa es asombrosa. Siempre que veo algún tejo con esas formas geométricas pienso en las decenas de años -a veces toda una vida- que se tarda en verlos crecer. Yo tengo un par de tejos, y crecen con una lentitud desesperante.
    Saludos

    • Opino como tu, Jose Antonio. Justo hoy miraba el seto de mis vecinos, que lo he visto plantar y crecer.
      Saludos!

  3. Fantastico lo que nos has contado, como me gusta cuando nos cuantas historias relacionadas con la jardineria y en caso tan singular este que el arte topiario haya sobrevivido a tantos años y de una manera deliciciosa. Muchas gracias.

Los comentarios están cerrados.

       

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