Si hay algo que me gusta tanto como los jardines es conocer la historia de quienes los crearon: sus inquietudes, su proceder, cómo era la vida en tiempos lejanos; sobre todo cuando se trata de lugares tan apasionantes como Chatsworth House, esta preciosa hacienda inglesa que tantas veces he contemplado en el cine o la televisión. Puede que algún día visite estos jardines o puede que no, pero he visto tantos documentales sobre ellos que parece que ya hubiera estado allí.
Hoy quiero compartir parte de su historia contigo, haré una introducción a lo que Chatsworth es hoy en día y después nos iremos a sus orígenes para centrarnos en la vida de Georgiana Cavendish, la cuarta duquesa de Devonshire y su triste vida en este paraíso terrenal.
Chatsworth House en la actualidad
Chatsworth es el hogar de Peregrine Cavendish, el duodécimo Duque de Devonshire, descendiente de una larga dinastía aristócrata inglesa. Los Cavendish poseen esta propiedad desde hace cinco siglos, es solo una de las cuatro grandes propiedades de la familia pero, sin duda, la más lujosa. La mansión cuenta con una superficie similar a la de un campo de fútbol, más de 800 metros de pasillos, 300 habitaciones, 17 escaleras y 350 puertas. En el exterior 40 hectáreas de campo fértil y provechoso cuyas rentas han sido a lo largo de los siglos el principal sustento de la propiedad.
A lo largo de su historia, Chatsworth ha vivido épocas de gloria y momentos de declive de los que ha podido resurgir manteniendo una belleza e importancia histórica. En la actualidad se sustenta gracias a un organismo creado por los actuales duques que gestiona su conservación pagando un alquiler anual a los propietarios a cambio de los derechos de explotación. La familia Cavendish reside en una parte de la casa y el resto de la propiedad está abierta al público para visitar el interior, los jardines o celebrar eventos en sus salones. También acoge ferias, conciertos, exposiciones y ofrece localizaciones para documentales, series de tv o películas. Un modelo de negocio moderno, bien diferente del que tuvo en sus orígenes.
Durante la próxima primavera, Chastworth acogerá un nuevo festival de floral organizado por la Royal Horticulture Society, el RHS Chatsworth Flower Show, que bajo el lema «diseño revolucionario» rinde homenaje al genio creativo tanto de los jardineros y paisajistas del pasado como de los que en la actualidad realizan esta labor.
Los primeros duques de Devonshire y su legado en Chatsworth
El Duque de Devonshire obstenta el título de mayor grado entre la nobleza inglesa, una jerarquía social que en algún tiempo era la que regía el país. Su poder se basaba en las tierras que poseían, de su explotación y de los granjeros o siervos afincados en ellas. Títulos y tierras con los que la monarquía recompensaba su apoyo cuando lo necesitaba.
La familia Cavendish se estableció en Chatsworth durante el siglo XVI, por entonces solo ostentaban el título de condes de Devonshire. Tres generaciones más tarde y gracias al apoyo prestado al rey William III en 1694, se les concedió el título de duques. Un ascenso que les llevaba a una posición social privilegiada, la más alta entre la aristocracia y la más cercana a la monarquía. Eran parte de una élite poderosa de la que dependía la vida de muchas personas.
La planta actual de Chatsworth es la síntesis de varios diseños y sucesivas ampliaciones, el primer duque construyó el módulo principal, de planta cuadrada y arquitectura palaciega. Destacan los marcos de las ventanas recubiertos con pan de oro, una expresión de opulencia con una aplicación práctica: no necesita ser renovado tan a menudo como la pintura. En vez de pintar las ventanas cada 4 o 5 años, mucho mejor forrarlas de oro cada 30 🙂
En el interior, el primer duque construyó una serie de lujosas habitaciones con techos pintados por célebres artistas italianos y una gran entrada cuya principal finalidad era mostrar, desde el primer momento, la grandeza del nuevo duque de Devonshire.
El exterior de una propiedad como Chatsworth no es menos importante, en sus terrenos hay más de 1600 especies diferentes de árboles, 70 esculturas y un estanque de 275 metros, construido de tal manera que la mansión parece flotar sobre él.
El agua se utiliza en Chatsworth como elemento para impresionar. La cascada, una de las estructuras más populares del jardín, fue obra del primer duque en el siglo XVII, al igual que la casa que hay en la cima y que alberga 13 bombas para impulsar el agua creando diferentes efectos.
También se debe al primer duque el antiguo invernadero, junto al jardín de rosas. Un tipo de construcción de origen holandés que pronto se extendió por toda Europa para conservar todo el año las plantas que no resisten las heladas del invierno. También reciben el nombre de orangerie porque se utilizaban en particular para cultivar naranjos y otro cítricos en zonas de intensos fríos. Este de Chatsworth es uno de los más antiguos que se conservan en Inglaterra y alberga hoy en día una colección de camelias.
El cuarto duque y la huella de Lancelot «Capability» Brown en el jardín
No se producen cambios sustanciales en el parque de Chatsworth durante las siguientes tres generaciones de Cavendish, pero cuando la propiedad pasó a manos de cuarto duque de Devonshire éste decidió acometer ciertas mejoras como cambiar el acceso a la casa al lado oeste, de manera que las vistas de los antiguos establos y las ruinas del pueblo de Edensor quedaran ocultas.
También fue decisión suya actualizar los jardines formales construidos por el primer duque con un diseño más moderno, asignando esta labor a Lancelot «Capability» Brown (considerado el padre de la jardinería paisajista inglesa) quien se encargó de darles un aspecto mucho más natural.
Georgiana Cavendish y su matrimonio con el quinto duque de Devonshire
Los sótanos de la mansión guardan el gran tesoro de la familia, cartas y registros históricos que revelan la historia más íntima de Chatsworth. Entre ellos, manuscritos que evidencian el drama vivido por una duquesa manipulada y traicionada por su mejor amiga. Los retratos de la galería de Chatworths revelan la belleza y glamour de esta duquesa desgraciada.
Georgiana Spencer se convirtió en una celebridad al contraer matrimonio con el quinto duque de Devonshire en 1774. Para la joven recién casada, con a penas 17 años, llevar una mansión como Chatsworth no sería una tarea fácil. Se esperaba de ella que concibiera un hijo y heredero de manera inmediata, pero bajo la presión de las continuas miradas curiosas a su estómago, a Georgiana le costó ocho años dar a luz un bebé y cuando lo hizo, resultó ser una niña. Esto enfureció a la familia Devonshire y se lo reprochaban constantemente. Georgiana, desbordada, terminó distrayendo sus penas con el juego.
Las apuestas eran un entretenimiento popular entre la aristocracia del siglo XVIII pero en Georgiana se volvió adicción. Sus pérdidas fueron ruinosamente altas y llegó a endeudarse tanto que ni ella misma sabía cuanto dinero debía. Si el duque hubiera llegado a pagar el total de sus deudas, habría tenido que liquidar toda la propiedad de Chatsworth o incluso más.
En los archivos de Chatsworth existen cartas de Georgiana que revelan lo desesperada que estaba. No podía contar con que su marido le sacara del apuro y escribió muchas misivas intentando conseguir dinero de diversas personas, incluso del Príncipe de Gales. Atrapada en un matrimonio desgraciado y a pesar de ser una persona célebre, Georgiana estaba completamente sola. En 1782, Lady Elizabeth Foster se cruzó en su camino y Georgiana creyó haber encontrado una verdadera amiga. Nada más lejos de la realidad, Elizabeth era una mujer malvada y falsa que solo buscaba su afecto para destruirla y quedarse con el duque. Tras conseguir la absoluta confianza de la duquesa logró engatusar al duque, conviviendo con ambos en una dañina relación que duraría 15 años.
En la más absoluta desolación, Georgiana comenzó de nuevo a jugar y buscar desahogo en el lujo que la rodeaba. Finalmente, tras 15 años de matrimonio, a la de edad de 32 y con gran alivio para ella, por fin dio a luz un hijo varón. Con un duque satisfecho que parecía por fin dejarle respirar y en una sociedad cortesana de moral relajada, Georgiana encontró el amor en un hombre mucho más joven que ella. Pero el romance tuvo consecuencias desastrosas.
Las cartas de Georgiana muestran que ella se quedó pronto embarazada y el duque, al descubrirlo, la envió al extranjero forzándola a separase de su pequeño hijo de dos años, sin saber si algún día regresaría a Chatsworth. Lejos de casa y a punto de dar a luz, Georgiana estaba desquiciada y se creía morir. Pensando que nunca volvería a ver a su hijo, le escribió una carta dramática utilizando como tinta su propia sangre.
«Mi pequeño y querido hijo, esta carta te será entregada tan pronto como tengas edad para entenderla. Contiene el único regalo que te puedo dar, mi bendición escrita con mi propia sangre… Quiera Dios todopoderoso bendecirte y cuidarte… y hacerte un hombre bueno y feliz. Dios te bendiga, mi amor. Tu pobre madre, Georgiana Devonshire»
Georgiana tuvo el bebé ilegítimo y finalmente el duque le permitió regresar a Chatsworth, donde vivió durante otros 14 años. Su mejor amiga, Elizabeth, consiguió al fin su propósito cuando tres años después de la muerte de Georgiana se casó con el duque y se convirtió en la siguiente duquesa de Chatsworth.
El tan esperado hijo de Georgiana, William Cavendish, heredó en 1811 la propiedad de Chatsworth. Se le conoció como el duque soltero, quizás por su infeliz experiencia nunca se casó. Era el aristócrata más deseado del país con una gran fortuna gracias a las ganancias que generaban sus tierras y su colaboración en la expansión del Imperio Británico. Cuando con 21 años heredó la propiedad, ésta era cinco veces mayor de lo que es hoy en día. El duque, inmensamente rico, empleó gran parte de su fortuna en los jardines. Pero esa es otra historia que os contaré en el próximo post.
Fuente: Documental Secrets of Chatsworth House
Una gran historia y muy bien contad. Me ha encantado. Esperamos más fotos de los jardines.
Gracias
Coincido con J. Antonio, precioso lugar y gran historia perfectamente contada. Saludos
Me ha encantado una historia realmente bien contada, maravilloso. Gracias por mostrarla desde este punto de vista. Saludos.