La importancia del clima y el suelo cuando se construye un jardín

Cuando se diseña un jardín, se incluyen en el diseño determinadas plantas que responden a necesidades funcionales y estéticas. Se determina plantar árboles para dar sombra, arbustos que funcionarán como setos cortaviento o para dar intimidad, plantas con las que llenar bancales para deleitarnos con color o aroma.

Conforme nos acercamos a la fase de construcción y plantación, debemos concretar las especies vegetales vamos a utilizar y, en este momento, debemos tener en cuenta dos aspectos fundamentales si no queremos fracasar: el clima y el suelo de nuestro jardín.

No todas las plantas viven bien en todos los lugares, basta con observar un paisaje tropical y otro más seco para ver que la vegetación que abunda en ellos no es la misma. Tampoco todos los suelos son iguales, no confíes plenamente en que una planta que ves en una fotografía de un jardín precioso va a crecer en el tuyo sin valorar antes las condiciones climáticas y de suelo que necesita.

jardín de clima mediterráneo

Factores que determinan el clima del jardín:

Luz

Temperatura

Lluvia

Humedad ambiental

Viento

Luz: Observa la incidencia del sol sobre el jardín y ubica las plantas según sus necesidades lumínicas. Los rosales, por ejemplo, requieren más de 6 horas de sol al día en términos generales. Casi todas las plantas de flor quieren un lugar soleado, aunque hay determinadas especies que pueden florecer con mucha luminosidad sin necesidad de sol directo. En cambio, hay plantas que una insolación excesiva les puede perjudicar.

Temperatura: Las plantas tropicales necesitan temperaturas cálidas, si en tu jardín hace mucho frío en invierno, probablemente no sobrevivan. Infórmate de las temperaturas que puede soportar una planta antes de ponerla en el jardín. Existen lugares más protegidos que otros en el jardín, por ejemplo cerca de un muro, aprovecha esta circunstancia para plantar las especies más sensibles.

Lluvia: Si en tu zona llueve mucho, aprovecha esta circunstancia y utiliza plantas que agradecen suelos húmedos. Si el caso es el contrario, pocas lluvias (¡ese es mi jardín!) las plantas crasas y las especies resistentes a las sequías son las ideales.

Humedad: Determinadas plantas necesitan ambientes húmedos, por ejemplo los helechos. Si no es así en tu jardín más vale que no te arriesgues con ellos, salvo que puedas crearles un micro clima artificial en algún rincón.

Viento: Es un factor determinante cuando se da de manera constante y puede llegar a ser muy problemática. En los jardines de los áticos y azoteas, por ejemplo, suponen un gran reto. El viento multiplica el efecto del calor o el frío, seca las hojas en verano o las quema en invierno. Si tienes un jardín con esta característica haz uso de plantas protectoras para cortar el aire, las coníferas son muy útiles para formar setos protectores a modo de pantalla.

huerto en contenedor

Factores que determinan el tipo de suelo:

Textura

Drenaje

Profundidad

Ph

Salinidad

Nutrientes

Textura: Es la forma en que están combinadas y enlazadas las partículas del suelo y es fácil de comprobar cogiendo un puñado de tierra con la mano y dejándola caer poco a poco. Los suelos, por su textura, se clasifican entre arenosos y arcillosos. Cuanto más sueltas están las partículas que lo componen, más arenosos son, y cuanto más compactadas, más arcillosos. En un extremo tendríamos la arena de la playa y en el otro los terrenos fangosos que se encharcan y no drenan, el intermedio es el ideal y se denomina suelo franco.

Ambos casos, arenosos y arcillosos, se pueden corregir con materia orgánica compostada que mejora la cohesión de los suelos arenosos y esponja los arcillosos. Aún así hay circunstancias en los que un suelo arcilloso puede necesitar un aporte extra de arena.

Drenaje: Es la capacidad de filtrado que tiene el suelo. Los suelos arenosos drenan rápidamente, mientras que los arcillosos retienen el agua. Hay plantas que no toleran tener encharcadas sus raíces durante mucho tiempo, otras necesitan cierto grado de humedad constante en el suelo. Es un factor importante que se puede corregir con enmiendas o con conductos de drenaje en los casos más extremos.

Profundidad: Como la misma palabra indica, la profundidad es la longitud hacia el interior de la tierra hasta la que las plantas podrán desarrollar sus raíces. Las plantas de gran tamaño, como árboles y determinadas trepadoras, necesitan desarrollar un sistema radicular profundo, de modo que si en el subsuelo del jardín hay roca u otro material que no permita desarrollar las raíces a la planta, su crecimiento no será óptimo.

Ph: Se trata de una característica química de cualquier mezcla de sustancias que determina su acidez o alcalinidad. En el caso de un suelo, se trata de factor decisivo a la hora de elegir las plantas que vamos a plantar en él ya que incide en la disponibilidad de los nutrientes.

Muchas veces leeréis que una planta es acidófila (por ejemplo azaleas, camelia, brezos, etc) eso significa que necesita para vivir un suelo con Ph ácido. Pero realmente hay muchas más plantas que no son acidófilas que sí lo son. Tanto en un caso como en otro, la acidez del suelo hay que controlarla para asegurar que las plantas no sufran carencias por no poder absorber los nutrientes que necesitan.

Salinidad: Los suelos cercanos a la costa y por influencia marítima pueden ser ligeramente salinos, pero no son los únicos, también puede aparecer esta cualidad (poco deseable) cuando un terreno ha recibido un exceso de fertilizantes. Las plantas no crecen bien en suelos salinos, lo que obliga a mejorar el terreno o limitarte a utilizar las especies que mejor toleran esta circunstancia.

Nutrientes: Ya vimos en una entrada anterior que las plantas necesitan nutrientes minerales para fabricar su alimento, ellas generan la materia orgánica que necesitan para vivir y crecer. Si el suelo de tu jardín es pobre en estas sustancias, necesitarás mejorarlo con abono o aportando materia orgánica que influye en la provisión de nutrientes desde otras fuentes.

textura del suelo (sustrato en contenedor)

textura del suelo

Todo esto que he comentado referente al suelo se puede aplicar de igual modo a la tierra de una parcela como al sustrato de un contenedor. En el caso de los contenedores (macetas, jardineras, etc), nos encontramos con limitaciones en la profundidad y con el inconveniente de la rápida evaporación del agua que hace que la tierra se seque antes.

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1 comentario en «La importancia del clima y el suelo cuando se construye un jardín»

  1. Buenos días,
    a raíz de lo que comentas de la salinidad del suelo, quisiera hacerte una consulta: vamos a instalar un clorador salino en la piscina de casa, ¿podemos emplear el agua de limpiar los filtros en el jardín? ¿qué plantas toleran mejor un poquito de salinidad en el agua? Muchas gracias

Los comentarios están cerrados.

       

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