Durante el Renacimiento y el Barroco, los jardines destacaban por el juego de las formas artificiales: ornamentación recargada (estatuas y edificación), fuentes o juegos de agua, setos de gran complicación formal. En esta época los jardines más celebrados eran los franceses, caracterizados por grandes zonas de césped y un innovador detalle ornamental: el parterre. También los italianos, donde la geometría y el orden reinaban por encima de todo. Pero a finales del siglo XVII, en Inglaterra, comenzaba a despuntar un nuevo estilo de jardinería que buscaba romper con la rigidez paisajística predominante.
Jardín paisajístico inglés – Parque inglés
Estaba surgiendo lo que hoy conocemos como jardín paisajístico ingles («English landscape garden»), un estilo contrapuesto a la formalidad de sus antecesores que apostaba por la naturalidad. Este estilo de jardinería prevaleció en Inglaterra durante el siglo XVIII y principios del XIX, teniendo su máximo representante en Lancelot Capablity Brown. Los jardines que definen este estilo son los grandes parques ingleses que rodean a las grandes mansiones inglesas de época georgiana, donde la marcada arquitectura palladiana contrasta con la «naturalidad» del jardín. Y marco con comillas la palabra naturalidad, porque el jardín era un artificio tan grande como los anteriores parterres franceses, con la salvedad de que todo estaba minuciosamente planeado para que el resultado pareciese natural.
Capability-Brown llegaba a talar bosques enteros donde él pensaba que debía haber un estanque, cambiaba el curso de un río hacia donde le convenía y repoblaba las colinas donde la arboleda destacaría con mayor belleza. Es evidente que el término «jardín ingles», en su definición más pura, hace referencia a jardines tan tremendamente extensos que en realidad se trata de parques enormes. Entre sus elementos característicos no faltan estanques, puentes e incluso muelles, alrededor del elemento acuático se disponen pequeñas construcciones arquitectónicas como templetes romanos o pabellones chinos, y también es fácil encontrar fingidas grutas o ruinas.
El resultado no podía ser más encantador. Su irregularidad, el contraste en el colorido de la vegetación, los elementos decorativos: rocas, estatuas, bancos y caprichos, los senderos ondulantes…, todo en ellos busca producir descubrimiento y sorpresa. Visto de otra forma, el jardín inglés quiere ser como los paisajes que aparecían en las pinturas de la época.
Jardín inglés campestre
Con la llegada de la revolución industrial a Gran Bretaña, en la segunda mitad del siglo XVIII, se inicia un proceso de transformación económica y social que afecta a la nobleza inglesa, quien ve peligrar seriamente su patrimonio. Muchos señores terratenientes se ven en la necesidad de vender algunas parcelas de sus terrenos. Comienza a popularizarse otro tipo de jardín inglés, el jardín campestre inglés o «English cottage garden», con características similares al jardín paisajístico pero aplicado a extensiones de terreno mucho más reducidas.
El jardín campestre inglés se basa en un diseño informal de plantaciones densas donde se entremezclan ornamentales y hortalizas, rompiendo con la estructura formal y la grandeza de los estilos antecesores. Se busca la gracia y el encanto, lo hogareño y funcional. Este tipo de jardines existieron en las casas de las familias trabajadoras durante siglos, pero es en el XIX cuando empiezan a popularizarse por todos los estratos sociales y en el XX acaparan el máximo interés.
Los primeros jardines campestres eran más prácticos que los de hoy en día. Se cultivaba, sobre todo, hortalizas, hierbas culinarias y árboles frutales. Solía haber sitio para animales domésticos (gallinas, ovejas, etc.) e incluso colmenas de las que extraer miel. Las flores se utilizaban para rellenar huecos: violetas, caléndulas, margaritas, vincas, etc. No faltaban las rosas, rosales trepadores encaramados a la verja que rodeaba el jardín y rosas antiguas que se plantaban cerca de la casa para disfrutar su rico aroma.
Con el tiempo, los dueños de grandes parques quedaron seducidos por estos jardines recogidos, repletos de flores, muy perfumados, y los incorporaron al conjunto de sus extensas tierras. También con el tiempo, las plantas ornamentales fueron ganando espacio hasta prevalecer sobre las plantas culinarias.
Hoy en día hablamos de jardín inglés sin concretar si nos referimos al jardín paisajístico o al jardín campestre, a pesar de sus grandes diferencias. Hemos adoptado ese término para indicar un tipo de jardín donde el artificio y la manipulación humana consigue un espacio de encantadora belleza, combinando las plantas con un resultado donde la naturalidad prima por encima de todo.
Excelente resumen de la jardinería inglesa. En el 73, recién terminado el COU, hice mi primer viaje a Inglaterra con 18 años y aún recuerdo los preciosos jardines delante de las casas en todos los pueblos por los que pasabas, en contraste con la sobriedad y desidia de los pueblos de España. Eso marcó mi forma de ver el paisaje desde entonces.
Saludos
Gracias, Jose Antonio. Yo nunca he estado en Inglaterra, pero creo que moriré de placer si un día la visito. Y si lo hago, será para recorrer jardines.
Un abrazo.
Precioso este jardín, desde luego los ingleses saben mucho sobre como tener un jardín bonito, el clima ayuda también, pero no lo es todo, hay que tener cierta vocacion a la jardinería.
Un beso.
Así es, Montse. Hay que tener mucha afición y mucha devoción.
Un beso
Ahhh que belleza… amo Stourhead…es una belleza, no se que me pasa pero cada vez que puedo ir hasta alla, me invade una melancolia que muchas veces me hace llorar, pero de felicidad, por estar rodeado de semejante entorno, siempre me gustaron los jardines,pero con ese tengo una afinidad especial, si pueden no dejen de visitarlo!