Este es un jardín de esos que a mi me gustan: lleno de contrastes en las formas, colores, texturas…, y con ese aire decadente que otorga el paso del tiempo a las macetas, los muebles y otras estructuras de madera. Un balde con agua por aquí, una escalera dejada como por descuido, y el brillo de los rayos de sol filtrados entre los árboles. !Ay! Así quiero que sea mi jardín cuando crezca.
Estaba yo curioseando por todos los jardines que Instagram me permite recorrer calentita en casa (que al atardecer todavía refresca) y sin moverme del sitio cuando volando entre unos y otros he descubierto este espacio maravilloso. ¿Donde está? En Suecia, rodeando el hogar de Hannu Sarenström quien dedica su tiempo al cuidado del jardín, cuando no está entre fogones, trabajando en un nuevo proyecto de cocina o en escribiendo. Quizás a alguna cosa más, pero el sueco no es mi fuerte y no me funciona el traductor automático.
De todos modos me quedo con su nombre y cuando oiga hablar de él, o lea algo referido a su persona, recordaré que es el artífice de este espacio mágico en algún lugar de Kinekulle, una suave colina al sur de Suecia.
La primavera es tardía en esta latitud, hace un par de semanas todavía quedaba nieve cubriendo la superficie del jardín, pero cuando llega y se establece, llena el espacio con ese cálido ambiente que permite que proliferen lupino, phlox, guisante de olor, perovskia, echinaceas, rudbeckia, cosmos, colchicum, amapola, malva, delicadas rosas y todas esas plantas que yo tanto deseo y tan imposible resultan en mi región.
Pero no me quejo, he aprendido a disfrutar el placer que produce la simple visión de estos jardines sin empecinarme en poseerlos. He aprendido a admirarlos e intentar reproducirlos a mi manera, capturando su esencia pero utilizando plantas mediterráneas. Estoy muuuy lejos de llegarle a la suela de los zapatos, pero cómo me divierto eligiendo candidatas similares.
Te dejo disfrutar con las fotografías del jardín de Hannu y espero, con el tiempo, alguien pueda disfrutar igual con el mío; aunque mi pequeño espacio no llegará jamás a ser la centésima parte de este vergel. Mientras, sigo entrenándome para ser una buena jardinera.
¡Ah! Y si quieres morir de placer, date una vuelta por la cuenta de Hannu Sarenström y vive el paso de las estaciones en el paraíso.
Preciosos jardín este que nos acabas de poner y más aún porque reconozco todas las plantas que se ven en él. Conozco los países nórdicos y es curioso con que rapidez e intensidad crecen las plantas en primavera tan pronto se quita la nieve. Es porque tiene más horas de sol, pero todo es efímero y tan pronto termina agosto ya todo es una batalla contra el frío.
saludos
Gracias, Jose Antonio. Afortunado de conocer esos bellos países!!!
El clima, guardando las distancias (nunca mejor dicho) se acerca más al tuyo que al nuestro y muchas de las plantas que se usan en este jardín deben funcionar muy bien en el tuyo.
Un abrazo
Un lugar realmente maravilloso, gracias por descubrirnos lugares tan especiales como este y me ha encantado tu última frase "mientras, sigo entrenándome para ser una buena jardinera".
Buen fin de semana apreciada amiga espero que te animes y participes en el concurso de fotografía. Un abrazo
Gracias Mario! Nunca hay que dejar de entrenar, practicar, experimentar…
Un abrazo y feliz finde
¡Una delicia de jardín! Pero es tuyo también es una maravilla, además el jardín es algo muy personal, cada uno lo organiza bajo su criterio y estilo, así que todos los jardines son bonitos, como un espacio más de nuestro hogar, una extensión de nuestra casa que, al igual que ella, tiene aquello que nos gusta y nos hace felices.
Un beso grande.
Gracias Montse! Una gran verdad, el mejor jardín es el que te hace feliz.
Un beso.