Historia del Real Jardín Botánico

Orígenes del Real Jardín Botánico de Madrid

Hace ya más de 261 años que se fundó el Real Jardín Botánico, corría el año 1755 y Fernando VI, rey de España por aquellas fechas, firmó la Orden Real un 17 de Octubre. En un principio estuvo ubicado en el Soto de Migas Calientes, una instalación modesta que ya había sido jardín previamente y donde se comenzó el estudio de la Botánica con pocas plantas, escaso herbario y una exigua biblioteca de poco más de 250 volúmenes. Pero allí comenzaron las relaciones con importantes jardines botánicos europeos como los de París, Bolonia y Amsterdam, de donde se recibían semillas que junto a las que llegaban de la América española comenzaron a engrosar nuestra colección.

Cuatro años después de la fundación del Botánico, Fernando VI falleció. El «Rey Prudente», como se le conocía, había sido artífice del florecimiento cultural del país ya que además de crear el Real Jardín Botánico para el estudio de las plantas y sus aplicaciones, también fundó, en 1752, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Pero el rey moría sin descendencia y la corona recaería en su hermanastro Carlos III, rey de Nápoles y Sicilia.

Carlos III y el traslado del Botánico Real a una nueva ubicación

El nuevo rey dedicó grandes recursos en mejorar la ciudad de Madrid levantando hospitales públicos, monumentos, servicio de recogida de basuras, alumbrado público, red de alcantarillado, adoquinado de las calles y un plan de ensanche urbanístico que incluía la remodelación del Paseo del Prado. En el nuevo Paseo se ubicaron fuentes y palacios proyectados por el arquitecto del Rey, Juan de Villanueva para albergar el Gabinete de Historia Natural (hoy Museo del Prado), la Real Fábrica de Platería (hoy Ministerio de Sanidad), el Observatorio Astronómico Nacional y unas nuevas instalaciones para el Jardín Botánico que en 1781 se trasladó a su nueva y definitiva ubicación.

Dentro de la línea del despotismo ilustrado que prevalecía en la Europa del siglo XVIII, Carlos III fue un monarca absoluto, dictador pero paternalista, que se realizó importantes cambios acordes a la corriente filosófica del siglo de las luces. Se le recordaría en lo sucesivo como «el mejor alcalde de Madrid».

El proyecto del nuevo jardín comenzó con excesiva pompa y escasa funcionalidad. En el trazado inicial se proyectaron tres niveles y la Puerta Real, con acceso desde el Paseo del Prado. Sobre esta base comenzó a trabajar Juan de Villanueva para convertirlo en un edificio más racional y adecuado para la función científica y docente que se requería del jardín. En total contaba con 10 hectáreas distribuidas en tres terrazas, la Terraza de los Cuadros y la Terraza de las Escuelas, que son las inferiores y se conservan tal y como fueron construidas; la Terraza del Plano de la Flor es la superior y se remodeló en el siglo XIX para convertirla en un jardín de recreo.

Paseo en el Real Jardín Botánico

La gloria de nuestro jardín botánico en el XVIII y los reveses del XIX

Los siglos XVIII y XIX estuvieron marcados por el esplendor de las expediciones científicas y los descubrimientos botánicos: la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, la Expedición Botánica al Virreinato del Perú, la Real Expedición Botánica a Nueva España, la Expedición alrededor del Mundo y la Comisión Científica del Pacífico aportaron al Jardín un importante número de dibujos, semillas, frutos, plantas y pliegos procedentes de otros herbarios que engrosaron sus colecciones y biblioteca.

Castaño de Indias y Acer Japonés

A principios del siglo XIX el Jardín Botánico vivía años de gloria, los trabajos de Antonio José de Cavanilles, director del centro en aquella época, le otorgarían una relevancia internacional. Además de centro científico era un parque frecuentado por el público. Pero llegó la Guerra de la Independencia y con ella años de abandono. Durante la segunda mitad del siglo se retomó la actividad científica, se realizaron reformas importantes y se instaló un zoológico. Parecía que el Jardín levantaba cabeza pero todavía tendría que sufrir algunos reveses: En 1882 se separaron dos hectáreas del Huerto del Botánico para construir el Palacio de Fomento, en 1886 un ciclón azotó la capital y los daños en el Botánico fueron cuantiosos, perdiéndose más de 500 árboles de enorme valor; por último, en 1893, se abre la calle de Claudio Moyano sustrayendo al jardín otras dos hectáreas de terreno.

El Real Jardín Botánico en el siglo XX: cierre y reapertura

En el siglo XX, el Real Jardín Botánico pasó a depender del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) y es declarado Jardín Artístico, a pesar de ello cae en un periodo de abandono y dejadez que duraría tres décadas hasta que en 1974 llega su cierre.

Puerta Real del Jardín Botánico

La Sociedad de Amigos del Real Jardín Botánico, presente y futuro

Seis años más tarde se llevaron a cabo obras de restauración para devolverle el aspecto que tenía en sus orígenes. Los trabajos duraron dos años, 1980 y 1981, se reconstruyó el pabellón y se realizó la restauración de los jardines recuperando el arbolado y la flora. La reapertura coincidió con el bicentenario de su creación y en ese mismo año se fundó la Sociedad de Amigos del Real Jardín Botánico para involucrar a las personas interesadas en la recuperación del protagonismo cultural que el jardín tuvo en el pasado.

Plano del Real Jardín Botánico

Referencias e imágenes: wikipedia, RJB

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2 comentarios en «Historia del Real Jardín Botánico»

  1. Precioso Monica, algunas cosas de Madrid las conozco por mi hijo que vive en Madrid y me pone al día ya que el tiene las mismas aficiones que yo. Un beso muy grande.

  2. Muchas gracias Monica por contarnos la historia de nuestras cosas y las que no son de nosotros sino de la misma naturaleza, Me ha encantado. Besetes

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