El arce negundo es un árbol de hoja caduca y rápido crecimiento que se adapta muy bien al cultivo en muchos tipos de jardines. De origen norteamericano, su follaje toma un bello color amarillento en otoño antes de que caigan sus hojas. Cuando las renueva, éstas inician su crecimiento con unos delicados tonos rojizos. Si quieres un árbol resistente para tu jardín, debes conocer a fondo todas las cualidades de esta especie. De ellas te vamos a hablar a continuación.
¿Cómo es el arce negundo?
La palabra arce te evocará, en principio, los delicados arces japoneses. La variedad Acer negundo tiene similitudes con aquellos, pero es una especie mucho más resistente. Normalmente crece entre 10 y 15 metros de altura, aunque hay casos en que supera los 20. La corteza de Acer negundo es lisa, de coloración grisácea y grietas que aparecen con la edad. Al igual que otros tipos de arce, sus hojas son opuestas, pero en lugar de ser palmeadas, en este caso son pinnadas, con entre 3 y 7 foliolos. Son similares a las hojas del fresno, razón por la que también se le conoce como «arce hoja de fresno».
Otra característica que lo diferencia de otros tipos de arces es que el arce negundo es una especie dioica, hay individuos machos e individuos hembra diferenciados. Las flores, pequeñas y sin pétalos, aparecen a principios de primavera en grupos de entre 10 y 30 formando racimos colgantes. En verano aparecen los frutos, unas cápsulas de 1 o 2 cm de longitud con dos alas que son dispersados por el viento en otoño. El negundo es uno de los arces más cultivados por su gran capacidad para adaptarse a condiciones diversas. De hecho es una especie muy empleada en jardinería urbana y puede verse flanqueando largas avenidas o proporcionando sombra en parques.
Arce negundo, una especie considera invasora en España
El arce negundo es originario del centro y norte de América, por lo que en España lo conocemos también con el nombre de «arce americano» . Al ser un árbol ornamental utilizado en jardines de todo el mundo, la especie se ha naturalizado por todo el planeta. De hecho en España está asilvestrado en muchas provincias y aparece incluido en el catálogo de especies invasoras. Esto no significa que no se pueda cultivar en el jardín, solo que hay que hacerlo con cuidado y no dejar que se extienda por las cercanías.
Cuidados del arce negundo
Cultivar un arce negundo en el jardín no resulta demasiado complicado ya que el árbol se adaptará con facilidad al medio en el que se plante. A cambio nos brindará una serie de beneficios muy interesantes más allá de su sombra y atractivo porte. Sus hojas funcionan recolectando las partículas contaminantes del aire y su transpiración aporta humedad al ambiente.
Suelo
Aunque prefiere suelos frescos y neutros, tolera terrenos de todo tipo: se adapta tanto a terrenos muy húmedos como a suelos más secos aunque sean calcáreos. En ambientes muy húmedos presenta el inconveniente de ser potencialmente invasivo.
Luz
El lugar más indicado para plantar un arce negundo es a pleno sol. De esta manera no solo la planta se beneficiará de la luz solar, su frondosa copa nos proporcionará una refrescante sombra en el jardín.
Temperatura
El arce negundo prefiere climas templados, aunque se adapta bien al frío y puede soportar heladas de hasta -30ºC.
Riego
Regar con la frecuencia necesaria para que el suelo no permanezca extremadamente seco. Lo ideal es un riego abundante y profundo una vez por semana durante la temporada de crecimiento. En invierno se puede reducir el riego a una vez al mes. Puede soportar periodos cortos de sequía y siempre es mejor quedarse corto en el riego que excederse.
Abonado
Al acer negundo le bastará con un abonado al comienzo de la temporada de crecimiento para ayudarlo en la formación de un follaje frondoso y con un intenso color verde. Este abonado es mucho más eficaz si he hace con fertilizantes orgánicos, como compost o humus, en vez de abonos químicos.
En terrenos calizos se puede hacer evidente cierta clorosis férrica, cosa que se manifiesta por hojas amarillentas. Esto se debe a la falta de hierro en el terreno y se puede corregir aportando quelatos de hierro en el agua de riego.
Poda del arce negundo
El arce negundo se beneficia de la poda periódica, cosa que se debe efectuar cada dos años. No es recomendable hacerla con más frecuencia, ya que el árbol puede ser invadido por hongos e insectos.
La poda de invierno, cuando el árbol está en periodo de reposo, servirá para darle la forma que más nos interese. También se puede hacer una poda ligera en primavera con la intención de conseguir brotes más vigorosos y hojas más grandes.
Si los cortes son pequeños las heridas producidas por la poda cicatrizan fácilmente formándose un callo. En el caso de cortes grandes el proceso es más lento y los hongos pueden asentarse en las madera abierta. Para evitarlo aplicaremos masilla de poda nada más hacer el corte.
Multiplicación del arce negundo
La multiplicación se puede hacer tanto por semillas como por esquejes. En caso de querer sembrar primero hay que proceder a la estratificación de la semilla manteniendo ésta refrigerada a 4ºC durante los meses de invierno. En primavera estará lista para sembrar.
Si preferimos reproducirlo por esqueje hay que cortar un extremo de una rama vigorosa a finales de primavera y plantar en sustrato fértil aplicando previamente polvo de hormonas de enraizamiento. Conviene que durante el proceso se mantenga el ambiente húmedo cubriendo con plástico si fuera necesario.
Plagas y enfermedades del arce negundo
El arce negundo generalmente no es sensible a las plagas y enfermedades, aún así la madera expuesta tras la poda sí que puede ser presa de cochinillas, pulgones, orugas u hongos. Por eso es importante proteger las heridas con pasta cicatrizante.
Sin embargo sí puede presentar otros problemas debido a su naturaleza. La madera de este árbol es muy blanda y las ramas se rompen y pudren con facilidad. Por otro lado, si el clima es muy seco o ventoso, las hojas del arce negundo se secan y marchitan.