La Opuntia Máxima es una planta cactácea muy extendida en la zona del Mediterráneo, pero no se trata de una planta oriunda de nuestras latitudes sino una especie traída de Méjico e introducida en Europa tras la llegada de Colón a las Indias Occidentales.
En Méjico, antes de la invasión hispánica, se empleaba un tinte rojo que se extraía de la cochinilla Dactylopius coccus, insecto que vive parasitando esta planta. Es fácil observarla, parece una lana blanca que se fija a las palas de la planta, junto a las espinas.
La encontraréis en muchas zonas asilvestrada, pues es una planta invasora que tolera muy bien el clima semiárido del Mediterráneo español y las Islas Canarias, pero también cultivada para formar setos vivos disuasorios o la explotación de sus frutos, los higos chumbos.
Por su forma aplanada y su color verde, se suelen confundir las palas de las chumberas con sus hojas, pero éstas son en realidad ramificaciones del tallo adaptadas para almacenar agua. Las hojas verdaderas son muy pequeñas y salen cuando las palas todavía son tiernas, después se secan y desprenden y aparecen en su lugar las espinas.
En los alrededores de mi casa crecen muchos ejemplares de opuntias de manera silvestre junto a pinos, adelfas y ágaves. Hoy os traigo las fotografías de estas plantas que en la actualidad están en plena floración.
Son un manjar para las abejas y otros insectos, que se zambullen a bucear entre los profundos estambres anaranjados en busca de su dulce néctar.
Se donde hay unas cerca de casa, me tengo que pasar a ver esas flores tan bonitas. De pequeño recuerdo comer esos higos, pero hace tiempo que no los pruebo, tendré que armarme de valor y cortar unos pocos, eran super dulces.
Un saludo.