Seguro que os suenan novelas infantiles como Mathilda, Los Gremlins o Charly y la fábrica de chocolate, ¿verdad? Y si no, eso os estáis perdiendo, porque son altamente recomendables. El caso es que yo no voy a hablaros de literatura exáctamente, sino del autor de estos cuentos y más concretamente, de la casa en la que Roald Dahl vivía junto a su familia.
Fantasía, imaginación y buen gusto para crear un jardín de fábula
Roald comenzó a escribir en 1942, tuvo cinco hijos y creó un jardín fantástico, casi mágico, en su casa familiar en Buckinghamshire, un condado al sudeste de Inglaterra. Este fue su hogar hasta que murió, en 1990, a los 74 años de edad.
Roald era un escritor de éxito, sus novelas se convirtieron en clásicos de la literatura infantil, pero además era un entusiasta jardinero que aplicaba su fantasía en el jardín de igual manera que la utilizaba en sus obras literarias. El resultado fue un jardín lleno de detalles y sorpresas, con una decoración muy peculiar y caminos de losas sobre el césped, bordeados de hostas, heléboros y alliums, que enlazan la casa con la cabaña a la que el escritor se retiraba para escribir.
La casa recibe el nombre de Gipsy House y el sustantivo no podría ser más acorde al aire que se respira al asomarse (aunque solo sea en fotos) a la propiedad. En un rincón del jardín y rodeada por un prado lleno de margaritas amarillas, descansa una caravana gitana como si sus propietarios estuvieran durmiendo todavía en su interior y fueran a salir en breve a deleitarnos con un espectáculo divertido. Porque si algo irradia este jardín es alegría, inocencia y frescura.
¿A que parece un jardín de cuento?
Imágenes: amateurgardening, telegraph, digwithdorris, bbc
Fabuloso, me he quedado sin palabras, un gran jardín en una historia de cuentos. Un abraazo de Plantukis
me ha gustado mucho la entrada y las fotos mas aun.