Cultivar fresas en macetas o en tu propio jardín es el mejor modo de comer las fresas más ricas que puedas encontrar. Las fresas completamente maduras tienen un sabor exquisito y aromático que no se puede comparar con las que venden en los supermercados.
Las fresas son plantas pequeñas pero resistentes que prosperan muy bien cuando se plantan en hileras debidamente preparadas de un bancal. Son matas rastreras y emiten estolones que puedes dejar crecer cubriendo el suelo o hacer que se extiendan sobre tutores por una pared. Las fresas también crecen felices en macetas y en cestas colgantes.
Yo este año he comprado plantas de fresa en vez de fresón, la diferencia está en el tamaño y el sabor, algo más ácido en la fresa. Me venía mejor porque también la planta y las hojas son algo más pequeñas, más acordes al tamaño de las cestas en las que las he plantado. Pero no importa la variedad ni dónde las plantes, comienza por comprar plantas jóvenes y vigorosas a las que procurarás bastantes horas de sol y la humedad que éstas plantas necesitan para producir muchas flores y deliciosas fresas. Cultivar fresas en macetas es, de verdad, muy sencillo.
Guía básica del cultivo de fresas
- Planta fresas en primavera o en otoño. Puedes hacerlo en el suelo, en camas elevadas, macetas o cestas colgantes. El suelo o el sustrato que utilices debe ser ligeramente ácido.
- Deja una distancia de 20 cm entre plantas de fresones y 10 cm si plantas fresas. Debes situarlas en un lugar donde reciban, por lo menos, 8 horas de sol diarias.
- Riega las plantas de fresas una vez a la semana y procura no llegue a secarse. Evita utilizar agua dura o calcárea. Puedes rebajar la dureza del agua de riego añadiendo una pizca de ácido cítrico. Es recomendable no mojar las hojas.
- Fomenta la producción de frutos nutriendo las plantas con un fertilizante orgánico.
- Cosecha las fresas maduras al fresco de la mañana y guárdalas en el frigorífico.
Macetas ideales para las fresas
Las fresas son plantas de crecimiento compacto y rápido ideales para cultivar en contenedores. Cestas colgantes, macetas de terracota y freseras (jardineras especiales para fresas) son algunos de los recipientes que se suelen usar para cultivarlas. Pero se puede plantar fresas en cualquier recipiente que pueda contener tierra: en cajas de madera, en latas, bebederos de animales, etc.
Cultivar fresas en macetas conlleva una serie de ventajas. Las plantas se pueden mover a lugares con más sol. Se pueden levantar del suelo para evitar el ataque de caracoles y babosas. También se pueden llevar a cubierto cuando llega el frío y así forzar una cosecha anticipada a la temporada siguiente.
Plantar fresas en macetas y contenedores
Desde principios de primavera encontrarás las plantas de fresas a la venta en centros de jardinería y viveros. Es la mejor época para plantar estas frutas en macetas. Las plantas de fresas florecen y fructifican con rapidez si se ubican a pleno sol y se cuidan debidamente.
Prepara el contenedor con un buen sustrato y pon las plantas que quepan dejando una separación apropiada entre ellas: 20 cm entre fresones y 10 entre fresas. Debes procurar que la corona (el punto del que emergen las hojas) quede a ras de la superficie. Aprieta el sustrato para que quede firme y riega para asentar las raíces.
Cuidados de las fresas en macetas
Los cuidados de las fresas en macetas son similares a los de las fresas plantadas en el suelo. Deben recibir muchas horas de sol y hay que mantener el sustrato húmedo regando antes que se seque por completo. Hay que evitar mojar las hojas al regar para evitar enfermedades por hongos que podrían estropear los frutos. Abona con un fertilizante líquido rico en potasio en cuanto comience la floración.
Cuando pase la temporada de cosecha se puede cortar el follaje viejo y dejar solo las hojas jóvenes del centro de la planta. También se separan los estolones que nacen de la corona y que sirven para conseguir nuevas plantas.
Si nunca has cultivado fresas antes, los contenedores son una manera estupenda para comenzar a hacerlo. Es un método que casi nunca falla y la recompensa es muy satisfactoria. Planta, riega, abona, recoge y disfruta del inmejorable aroma de las fresas de cosecha propia.
Pues me parece una idea genial. Recuerdo como en la universidad nos comíamos las fresas del campo de prácticas en su punto de maduración directamente desde la mata y es cierto que el sabor no tiene nada que ver con las fresas que encuentras envasadas en el super.
Un saludo Mónica.
Gracias por tu comentario Jose Luis. Vale la pena cultivar alguna plantita en casa, aunque solo sea por probarlas.
Un saludo.