Aunque toda mi vida he sido más de café, de un tiempo a esta parte me he aficionado a beber té. Pero cuando hablo de té, me refiero a té del bueno, del que se prepara a partir de las hojas secas de la planta. He descubierto un mundo de sabores que me encanta, hay muchísimos tipos y variedades que yo desconocía.
Hay tés para todo gustos y colores: té verde, rojo, negro, etc.; pero lo curioso es que todos ellos proceden de la misma especie de planta, Camellia sinensis. Pertenece al mismo género que la camelia que se suele cultivar en el jardín por sus flores, aunque son dos especies distintas. La floración de C. sinensis no es tan espectacular, pero el aroma de sus hojas es muy apreciado en todo el mundo.
Tan solo hay dos variedades de la planta del té. Crecen en regiones distintas y solo se diferencian en que producen diferentes variedades de tés, con características muy específicas que los definen. El que los occidentales llamamos té negro, en China lo llaman té rojo, y es la variedad de sabor más fuerte debido a un largo tiempo de oxidación. El té oolong está menos oxidado y en él predominan las notas florales. El té verde es la variedad más suave, no sufre oxidación alguna ya que se tuesta para evitar que ese proceso. Existe un té blanco, que se elabora a partir de los brotes más tiernos de la planta que presentan cierta pelusilla plateada.
Las hojas de Camellia sinensis (o planta de té) se usan para hacer la mayoría de los tés tradicionales. El té, como ya sabréis, se obtiene por infusión de las hojas en agua muy caliente. Puesto que la planta contiene cafeína, también la tiene la infusión de se obtiene de ella.
Orígenes
Aunque hoy se cultiva en todo el planeta, la planta del té procede del sur de China y sudeste de Asia. Desde tiempos ancestrales ha sido una de las hierbas esenciales de la medicina tradicional china. El arbusto, perenne, tiene hojas de color verde brillante, con bordes dentados y parecidas en forma y tamaño a las del laurel.
Hay una leyenda china que sitúa los orígenes del té allá por el año 2737 a.C. Según cuenta la historia, el emperador estaba hirviendo agua en su jardín cuando una hoja cayó accidentalmente en su vasija. La combinación produjo una bebida de agradable para el soberano quien mandó que se investigara más sobre aquel arbusto. Los médicos chinos descubrieron que, además de ser una infusión sabrosa, también tenía propiedades medicinales.
Variedades
Solo existen dos variedades distintas de la planta del té:
- Camellia sinensis sinensis (té chino) es originaria de China y prospera con temperaturas frescas y a cierta altura. Se cultiva en las laderas de las montañas, produciendo un sabor dulce y suave. Es la variedad más utilizada para producir té verde y té blanco.
- Camellia sinensis assamica (té indio o de Assam) es una variedad que crece en la región de Assam, al norte de la India. Esta planta se considera más tropical que su variedad china. Debido a un clima con mucha lluvia y temperaturas cálidas, crece más y produce hojas más grandes. Se usa para elaborar tés robustos como el té negro, oolong y pu-erh.
Cultivo
Cultivar té en el jardín no es nada complicado. Ya hemos comentado que la planta crece tanto en regiones con clima tropical como en zonas más frías y de gran altitud, por lo que siempre puedes elegir la variedad que más se adapte a las condiciones de tu jardín. Lo que no tolera la Camellia Sinensis, ni tan siquiera la variedad china, son las temperaturas por debajo de 0ºC. En caso de que en invierno hiele, habrá que plantarla en maceta y protegerla dentro de un invernadero.
En las plantaciones de té, la Camellia sinensis se suele mantener como un arbusto pero, si no lo podas, puede convertirse en un árbol pequeño. De hecho, existe la creencia de que cuanto más alta es la planta, más grande es la estructura de la raíz y más rico en nutrientes y sabroso es el té. La planta del té prospera en suelos arenosos y bien drenados, y no debe cosecharse hasta que ha cumplido los tres años.
Recolección del té
La recolección del té se hace a mano, ya que solo se deben arrancar con cuidado las hojas superiores. La técnica se conoce como «desplume» y se eligen las hojas jóvenes de la parte superior de la planta. Es similar a un pinzado largo de jardinería en el que se corta la punta y una pequeña porción del tallo con tres o cinco hojas más. Las flores de la planta se usan en muy raras ocasiones. En general, se evita la floración para desviar la energía a la producción de hojas. Las flores aparecen en otoño, y son blancas y bonitas, aunque no tan vistosas como las camelias de jardín.
Le cosecha del té se realiza durante los meses más cálidos, cuando la planta está en pleno crecimiento. En climas fríos, la temporada de cosecha solo dura cuatro meses, en las regiones tropicales, los cultivos pueden dar hasta ocho meses de cosechas regulares.
Plantar té en el jardín
No hace falta un gran jardín para cultivar té, una maceta también puede servir. Si comprendes las necesidades de la Camellia sinensis, aprendes a cuidarla y a recolectar las hojas, podrás preparar té de tu propia cosecha. La misma planta te servirá para hacer té verde, oolong o negro.
Cultivar un arbusto de té
La planta Camellia sinensis es un pequeño arbusto de 1 a 2 metros de altura que puede crecer más si no se poda. Hay quien la cultiva como plantas ornamental, por sus vistosas hojas y las flores blancas que produce en otoño con un aroma delicioso.
A la planta de té le gusta el suelo arenoso y bien drenado, con pH ligeramente ácido. Si vas a cultivar tu té en un contenedor, utiliza un sustrato para plantas acidófilas como azaleas, hortensias y rododendros.
Si cultivas este arbusto para recoger las hojas y preparar té, debes ser paciente. Recuerda que no podrás hacerlo antes de su tercer año. Si te adelantas, no esperes conseguir buenos resultados.
Preparación de las hojas para hacer té
Cultivar la planta es solo la mitad del camino hasta llegar a disfrutar de una deliciosa taza de té. Cuando el arbusto ya tenga la edad apropiada, se deben recoger y preparar las hojas. De una misma planta puedes conseguir té verde, oolong o negro.
Té verde
- Recoge las hojas y brotes de hojas más jóvenes.
- Dejar secar a la sombra durante dos o tres horas.
- Cocer las hojas al vapor (como lo harías con las verduras) durante aproximadamente un minuto. De esta manera, la infusión final tendrá un sabor herbal. Para un sabor tostado, prueba a asarlos en una sartén durante un par de minutos.
- Extiende las hojas en una bandeja para hornear y llévalas al horno a 120ºC durante 20 minutos.
- Conserva las hojas de té secas en un recipiente hermético.
Té oolong
- Recoge las hojas y brotes de hojas más jóvenes.
- Extiéndelas sobre una toalla y déjalos marchitar al sol durante unos 45 minutos.
- Déjalas reposar a temperatura ambiente, dentro de casa, durante unas horas. Remueve de vez en cuando.
- Los bordes de las hojas comenzarán a ponerse rojos a medida que comienzan a secarse. Cuanto más tiempo, más se oxidarán y más fuerte será el sabor final.
- Extienda las hojas en una bandeja para hornear y ponlas en el horno a 120ºC durante 20 minutos.
- Guarde las hojas de té secas en un recipiente hermético.
Té negro
- Recoge las hojas y brotes de hojas más jóvenes.
- Enrolla y aplasta las hojas entre tus manos hasta que comiencen a oscurecerse y ponerse rojas.
- Extiéndelas en una bandeja y déjalos en un lugar fresco durante 2 a 3 días.
- Hornea las hojas a 120ºC durante unos 20 minutos.
- Guárdalas en un recipiente hermético.
Cuando ya domines la técnica, puedes experimentar con diferentes tiempos de secado para obtener diferentes gustos. Prueba a añadir flores del jardín: jazmín, hibisco, azahar, etc., y conseguirás variedades con sabores deliciosos de tu propia cosecha. Prepara tus hojas de té secas como lo harías con las que se compran en la tienda: puedes comprar bolsas de papel y llenarlas o remojarlas con un filtro o infusor de té.
¿Qué te parece? ¿Te animas a plantar té la próxima temporada?
Aunque en mi tierra somos de cafetín no estaría mal plantar esta Camelia Mónica ya que además de tener té tendremos maravillosas flores, tu ficha muy completa e interesante. Un besin enorme.
Gracias, Lola! A mi me encantan las plantas útiles, que además de decorar tienen algún beneficio. Y el té es una de ellas.
Un beso!
Excelente artículo, Mónica, porque es un acierto invitarnos a poder hacernos un té de cosecha propia. Me encanta como expones los temas ¡me han dado ganas de salir corriendo a buscarme una plantita de camelia!
Mil besos.
Muchas gracias Montse! Me alegra muchísimo que te haya gustado el tema.
Un beso muy fuerte!
He visto el cultivo del te en muchos países de Asia y es tal como lo cuentas. Lo cierto es que lo que nos gusta de las Camelias son las flores que aquí en el norte crecen preciosas aunque no tanto en la Barrosa ya que la tierra arcillosa no les va muy bien. Muy interesante el artículo.
Saludos