La Toscana es una región de Italia situada entre el centro y noroeste de la península. Su clima mediterráneo se caracteriza por inviernos muy fríos y veranos muy calurosos, aunque más suaves en la zona costera. La comarca es una de las mayores y más importantes del país, por su patrimonio artístico, histórico, económico, cultural y geográfico. Su nombre deriva del que usaban griegos y latinos para denominar las tierras ocupadas por los etruscos, un territorio de llanuras fértiles rodeado por las principales cadenas montañosas. El paisaje toscano se caracteriza por las ondulaciones que forman las colinas invadida por viñedos, olivos y cipreses. La Toscana es rica, fértil y bella, ¿cómo no enamorarse de ella?
Un poco de historia
La primera gran civilización que se asentó en la región fueron los etruscos, pueblo agrícola y minero que estableció un potente sistema de transporte. Era un pueblo próspero que sobrellevó los sucesivos ataques de griegos y cartagineses, pero sucumbió ante el embiste de Roma, que los sometió e hizo desaparecer.
Los romanos anexionaron la Toscana como una más de las 14 regiones en que dividieron Italia, crearon las ciudades más importantes y trajeron nuevas mejoras, entre ellas, el trazado de varias calzadas.
En el siglo VI se asentaron los lombardos que, dos siglos más tarde, fueron expulsados por Carlomagno. El emperador convirtió la región en un condado y más tarde le otorgó el título de marquesado. La última marquesa, Matilde de Cassona, murió sin descendencia y legó sus tierras al papado. Corría el siglo XII y comienza un enfrentamiento entre el Papa y el Imperio por la posesión de este territorio.
Durante los siglos XII y XIII, la Toscana es una región próspera dividida en dos: los seguidores del papado y los del Sancro Imperio Romano Germánico. La larga sucesión de conflictos bélicos entre ambas partes provoca que, en el siglo XIV, una desastrosa situación de carestía y la peste terminen con la prosperidad de la Toscana. Es el momento en que el pueblo se rebela y respalda a una importante familia burguesa que se hará cargo del poder: llegan los Medici y con ellos, el gran renacimiento Italiano.
La oleada de investigación artística, literaria y científica que tuvo lugar en Florencia en los siglos XIV al XVI fue propiciada por la banca, el comercio y su despliegue de riqueza y ocio. Los Medici, banqueros de inmensa riqueza, patrocinaron a diferentes artistas, entre ellos el gran Miguel Ángel, construyeron palacios, museos, jardines y apoyaron la investigación en el terreno de la ciencia.
Aquí nos quedamos en lo referente a la historia de la Toscana, porque de esta época datan los jardines más bellos de la región. Los aristócratas, burgueses y familias adineradas, se encargaron de dejar una herencia repleta de estilo y buen gusto para la posteridad. Podríamos recorrer cientos pero, puestos a resumir, me he guiado por la selección que Debby Tenquist, paisajista y apasionada de los jardines históricos, hizo el pasado año para su visita anual.
Giardino Giusti, Verona
Verona no pertenece a la Toscana sino a una región limítrofe, el Veneto, pero el Palacio Giusti y sus jardines fueron creados por una rica familia de origen toscano. La familia Giusti, perseguida por defender de los intereses del papado, tuvo que exiliarse en Verona y allí, junto al río Adige, fundaron una próspera industria de tintura textil. En el siglo XVI, con una gran fortuna, construyeron un palacio que rodearon de un jardín considerado, hoy en día, como uno de los mejores ejemplos del jardín italiano. El terreno está estructurado en terrazas, sobre una colina junto al río, y a su belleza se suman las magníficas vistas del paisaje circundante.
Villa Rizzardi, Verona
Villa Rizzardi es una típica villa palatina del siglo XVII. Este tipo de construcciones eran palacios donde residían familias burguesas y que, además de vivienda, eran centros de producción. La villa de la familia Rizzardi está rodeada por grandes extensiones de campos y viñedos, e incluye establos, almacenes y estancias donde hospedaban a los trabajadores de la finca.
Villa Gamberaia, Florencia
Villa Gamberaia era originalmente una casa de campo que, Matteo Gamberelli, un albañil de la época construyó para su propia familia. De origen humilde, Matteo pudo dar estudios a sus hijos, Giovanni y Bernardo, quienes con el tiempo se convirtieron en arquitectos famosos. Las sucesivas familias que se alojaron en esta villa fueron ampliando la casa y los jardines. Desde las terrazas se divisan de los tejados y de las torres de Florencia. Los olivares que ocupan las laderas bajo el jardín, están poblados de árboles centenarios que fueron plantados hace siglos.
Villa La Pietra, Florencia
Villa La Pietra perteneció a un influyente banquero florentino, Francesco Sasseti, que adquirió la propiedad en el siglo XV. Sus jardines renacentistas fueron modificados posteriormente en un estilo barroco y, más tarde, se diseñó como jardín inglés. Después, durante la Segunda Guerra Mundial, toda la finca quedó destruida, pero sus últimos propietarios buscaron documentación sobre la finca original y le devolvieron el aspecto de villa renacentista.
Villa Peyron, Florencia
Todo el complejo de Villa Peyron con su jardín formal rodeado por bosques y campos, se encuentra en un hermoso lugar en las colinas de Fiesole, un enclave desde el que se puede disfrutar de una hermosa vista de Florencia. La villa fue construida probablemente en ruinas etruscas y, durante siglos, ha sido renovada y transformada hasta adquirir su aspecto actual.
La Foce, Val d’Orcia (Siena)
Villa La Foce y su granja se encuentran en las colinas de Siena con vistas al Val d’Orcia, uno de los valles más característicos de la Toscana. La villa fue construida a finales del XV como un hospicio para los peregrinos y comerciantes que viajan por la vía Francigena.
Los jardines fueron reconstruidos en cuatro etapas entre 1925 y 1939. Consta de un jardín italiano, dividido en espacios geométricos por setos de boj, laderas aterrazadas repletas de cerezos y pinos, y una larga avenida de cipreses que conduce a la villa. Su paisaje constituye una de las estampas más típicas de la Toscana y corresponde a la primera fotografía de este artículo.
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Espero que esta selección de jardines toscanos os haya hecho pasar un buen rato, aunque solo haya sido de lectura. Imagino que un paseo real entre tan bellos campos y jardines debe ser un placer divino. ¿Conoces alguno de ellos u otro del que no halla hablado aquí? ¡Cuenta, cuenta!