¡Buen días! Martes, ya casi mitad de semana. Ayer, en mi facebook, leí comentarios de compañeros diciendo que por Galicia ya llovía desde el lunes. Hablaban en concreto de Orense, no sé en el resto porque todavía no he visto las noticias. Espero que no se concentre en el norte toda la lluvia y llegue un poquito hasta nuestras tierras del este, que la lluvia compartida siempre es mejor 🙂
Si leísteis la entrada de ayer, vimos varias opciones de coníferas para plantar un seto perimetral en el jardín que proporcione intimidad y protección. Hoy quiero hablaros de mi experiencia con el seto que rodea el mío y que, en este caso, es de Thuja orientalis.
Cuando llegué a esta casa el seto ya estaba plantado, en lugar de separar las parcelas por muros o mallas de alambre como suele ser lo habitual, el constructor dividió el terreno mediante un seto vivo y así consta incluso en las escrituras de la vivienda.
De esto ya hace más de 20 años y el seto, a pesar de los cuidados que le hemos ido proporcionando y de los recortes que cada 6 meses se le hacen para mantener su porte y estética, va envejeciendo y en algunas zonas se aprecian signos de su edad.
¿En qué se nota el envejecimiento de un seto? Pues en que a pesar de los recortes, siempre se va ensanchando un poquito año tras año, en que algunas ramas mueren enteras y dejan un hueco en su estructura, o en que su interior pierde las hojas y se queda hueco y marrón.
¿Y cómo se soluciona esto? En general, para casi cualquier arbusto, esto se soluciona con una poda de rejuvenecimiento. Pero ojo, que digo «casi cualquier» porque no todas las plantas toleran este tipo de poda.
La técnica consiste en cortar las ramas laterales a ras del tronco, para que se formen ramas y hojas nuevas y la planta consiga un aspecto más juvenil, es como una cirugía estética vegetal y, ya os digo, no todas las plantas lo admiten. Las ramas apicales se pueden cortar y crecerán sin problemas en todo tipo de coníferas, por eso su altura es fácil de controlar, pero no así las laterales.
Este método se puede aplicar a las thujas porque tienen la capacidad de regenerarse desde madera vieja, como lo haría un olivo o un jazminero (quizás ésto si lo hayas visto). Pero en otras coníferas (cipreses o arizónicas, por ejemplo) esto no se puede hacer, porque no retoñarán nuevas ramas por la parte de abajo y el árbol crecerá sólo por arriba y quedará pelado hacia el suelo.
También quiero avisaros de que el proceso es lento, yo podé mi seto hace tres temporadas y este año es cuando por fin lo he visto completamente cubierto, para volver a recortar pronto. El año pasado ya se veía bastante verde pero no completamente cerrado.
Las dos siguientes imágenes son del año en que podé el seto. Decidí podarlo, entre otras cosas, porque había ensanchado demasiado y empujaba al naranjo que crecía desplazado hacia la terraza. Procuré hacerlo en primavera, antes del rebrote, para que en verano ya se viera algo verde. Esas pequeñas ramas verdes son las primeras que salieron y tenían ese aspecto al final del verano, las naranjas ya comienzan a tener color.
Las siguientes fotografías son de hace unos días, se puede apreciar que las ramas han crecido mucho y vuelven a formar un seto denso y tupido que pronto habrá que recortar de nuevo para ir controlando el crecimiento. Pero ahora su aspecto es más tierno y brillante, porque las hojas son nuevas.
¿Qué os parece? La verdad es que es mucha faena y tiempo esperando, pero la paciencia se ve premiada y el resultado final es fantástico. Mucho más bonito en vivo que en las imágenes.
Pues ha quedado genial. Se puede hacer lo mismo con los setos de ficus benjamina? Los míos están muy gruesos y huecos por el interior ya que las hojas interiores van muriendo por la falta de luz.
Hola Eva. Los benjamina yo he llegado a podarlos mucho, pero no a ras del tronco. Siempre recorto todo lo que puedo pero dejando algunas hojas en cada rama.
Hola,que tiempo transcurrió desde la poda a la repoblación completa?
Muy útil el artículo, muchas gracias
Hola Alex! Hasta que se vio totalmente igualado con el resto creo que pasaron dos temporadas. Pero seis meses después ya crecieron hojas que taparon los tallos y se veía verde y aceptable.