Si te gustan los jardines de ambiente natural o tropical seguro que te encantarán las palmeras. Sus frondas suaves como plumas, su fuerte tronco oscuro y su porte exótico las hacen diferentes a cualquier otra especie de planta. Las palmeras son plantas relajantes para la vista y transmiten una sensación de paz que las hace muy populares como planta decorativa. Si tienes espacio en tu jardín, las palmeras son fáciles de cuidar y siempre son una opción a tener en cuenta; pero las palmeras de interior también quedan preciosas como planta ornamental.
Las palmeras son cada vez más populares en la decoración del hogar y la oficina. Crean una atmósfera tropical que ninguna otra planta casera puede proporcionar. A los diseñadores les encantan las palmeras de interior porque son muy tolerantes a las condiciones de los espacios domésticos. Como en estos entornos suele haber la temperatura adecuada para ellas, la luz y el riego son las claves para que la palmera crezca sana y hermosa.
Consejos para el cuidado de las palmeras
El cuidado de una palmera es similar al de muchas otras plantas domésticas de origen tropical. A la mayoría de las palmeras les gustan las mismas condiciones que nosotros encontramos cómodas: temperaturas cálidas, humedad media y luz moderada. Las palmeras son plantas fáciles de cuidar, generalmente de crecimiento lento y que requieren una poda mínima que consiste en limpiar las hojas muertas y rotas.
Se deben abonar con un fertilizante de palmeras de buena calidad que les ayude a mantener un crecimiento exuberante. Cuando se cultivan dentro de casa, puede ser conveniente pulverizar agua sobre sus frondas para aumentar la humedad ambiental en la copa de la planta. Cada cierto tiempo, según lo apretadas que estén sus raíces, se deben trasplantar a una maceta más grande.
Enfermedades de las palmeras
Como todas las plantas, las palmeras pueden sufrir enfermedades o ser atacadas por insectos. En el jardín estarán más expuestas, pero dentro de casa rara vez son un problema y solo algunos insectos pueden causar daños a la planta. Algunas de las plagas más comunes son las cochinillas y los ácaros, pero resultan fáciles de prevenir si se siguen los cuidados que hemos mencionado antes. Es conveniente repasar de vez en cuando el follaje de nuestra palmera y actuar ante la aparición de cualquier problema cuanto antes. Si observas algún síntoma, limpia o elimina las hojas que se vieran afectadas.
Cochinilla algodonosa: Se instala en el envés de las hojas provocando decoloraciones que conllevan un feo aspecto y ponen en peligro la salud de la palmera. Podemos controlarla pulverizando agua con jabón o algún insecticida.
Araña roja: Suele aparecer cuando el nivel de humedad es muy bajo. Ataca a la palmera tejiendo una fina telaraña casi inapreciable en el envés de las hojas. Para acabar con ellas debemos humidificar las frondas por las dos caras o pulverizar con un acaricida.
Poda de las palmeras
Hay una cosa que todas las palmeras tienen en común: sus frondas no se deben recortar ni podar hasta que estén completamente secas. Nunca debemos podarlas por motivos estéticos, solo cuando sea necesario. Esta es la gran diferencia entre las palmeras y otras plantas. Mientras que la gran mayoría de las plantas se beneficiarán de la eliminación de flores, hojas e incluso tallos en descomposición para estimular un nuevo crecimiento, las palmeras extraen sus nutrientes de las hojas, también de las que se están marchitando.
Las hojas viejas de una palmera se vuelven amarillas y marrones, pero no debes eliminarlas hasta que estén completamente secas y muertas. Además no debes podarla para controlar su tamaño. Si deseas controlar y mantener la altura y proporción de una palmera, debes podar su raíz en lugar de la parte aérea.
Podando las raíces de una palmera conseguirás que su cepellón quepa siempre en macetas del mismo tamaño y evitarás que crezca demasiado alta y grande. Además, evitarás poner en riesgo su salud.
7 palmeras de interior muy fáciles de cuidar
Hay muchos tipos de palmeras, pero algunas, por su tamaño y necesidades, se adaptan mejor al interior de casa. A continuación os proponemos 7 de las palmeras más fáciles de cuidar en interiores.
Camadorea (Chamaedorea elegans)
La camadorea, también conocida como palmera de salón, es una de las palmeras más fáciles de cuidar en interiores. Crece con luz media e incluso con luz artificial (nunca sol directo) y le gustan las temperaturas habituales en nuestras casas. Necesita riego moderado procurando que el sustrato siempre esté ligeramente húmedo, Hay que llevar cuidado con la humedad ambiental ya que pueden ser presa de la araña roja si las condiciones son muy secas. No requiere más poda que una limpieza ocasional de las ramas muertas.
Palmera cascada (Chamaedorea cataractarum)
La palmera cascada es una pequeña palmera que en interior no crece más de 1 metro de altura. Su aspecto es de un arbusto más lleno que otros tipos de palmeras. El tronco apenas se aprecia bajo los tallos de hojas delgadas, verdes y pinnadas. Necesitan riego regular para mantener el sustrato húmedo y exposición con mucha luz brillante sin sol directo. A esta palmera de interior le gusta tener sus raíces apretadas en su maceta, por lo que no necesitarás trasplantarla a un contenedor más grande con mucha frecuencia
Palmera de abanico china (Livistona chinensis)
Las hojas en forma de estrella de la palmera china es la característica más distintiva de esta especie que podemos cultivar en interior por su lento crecimiento. Es una de las palmeras más fáciles de cuidar. Debes ponerla en lugar con luz brillante y regar cuando la parte superior del sustrato esté seco. Elije para ella una maceta grande, ya que tiene una larga raíz pivotante. Abona esta palmera de interior una vez al año en primavera con un fertilizante de liberación lenta.
Areca (Dypsis lutescens)
La areca es una popular planta de interior originaria de Madagascar donde crece al aire libre alcanzando alturas considerables. En maceta no se hará tan alta, aunque su tasa de crecimiento es moderada. Es importante que la plantes en una maceta que drene correctamente con un sustrato aireado para evitar la pudrición de la raíz. Ponla en un lugar con luz brillante, cerca de una ventana con buena luz, y deja que la tierra se seque entre riegos. Elimina las hojas cuando estén marrones en su mayor parte, ya que las partes verdes aún pueden desempeñar un papel en la fotosíntesis.
Kentia (Howea forsteriana)
La Kentia es una majestuosa planta originaria de climas tropicales y es otra de las palmeras de interior muy fáciles de cuidar. Tiene frondas arqueadas, erectas, parecidas a plumas con hojas verdes y es de crecimiento lento. Es una palmera que prefiere temperaturas templadas pero puede adaptarse a condiciones diversas como poca luz, polvo, sustratos diversos e incluso frío moderado. Las palmeras Kentia maduras pueden soportar pleno sol, pero las plantas de menos de 5 años solo deben colocarse en luz indirecta. Toleran cualquier tipo de sustrato siempre que drene correctamente, aunque el ideal es un suelo con pH ligeramente ácido. Les gusta la tierra ligeramente húmeda, así que riega cuando la superficie del sustrato se haya secado. Para fomentar su crecimiento abona con un fertilizante de liberación lenta en primavera y verano.
Ravenea rivularis
Ravenea rivularis es otra palmera que se adapta muy bien al cultivo en interior. Es originaria de las selvas tropicales de Madagascar, donde los niveles de humedad son altos, y las plantas y árboles más altos protegen a las palmeras de la luz solar directa. Esta palmera de interior crece bastante rápido, por lo que deberás trasplantarla a un contenedor más grande cada año para fomentar el crecimiento, o empezar a podar su raíz para evitar que siga creciendo. La Ravenea prospera con luz indirecta brillante, pero se quema bajo la luz solar directa, por lo que hay que evitar exponerla al sol. Hay que vigilar el sustrato y regar cuando la superficie se note seca al tacto. Se debe fertilizar con abono líquido una vez en primavera y una vez en verano.
Palmito chino (Trachycarpus fortunei)
El palmito chino es una de las palmeras que mejor se adaptan al cultivo en interior. Esta planta se hace gigante en su hábitat nativo, pero apenas supera los 2 metros cuando se cultiva en un contenedor dentro de casa. Por su lento crecimiento esta palmera tardará varios años en alcanzar esta altura. Sus hojas en forma de abanico la convierten en una palmera muy decorativa. Las frondas jóvenes tienen folíolos plisados que se abren gradualmente en abanicos muy espaciados. Necesita mucha luz, así que ponla delante de una ventana muy luminosa e incluso en el exterior de casa cuando haga buena temperatura. Riega de forma moderada para mantener el sustrato húmedo. Cambia de maceta a una mayor cada dos o tres años.