Como no cabría esperar menos, el jardín que rodea la casa de Sting y su mujer, Trudie, es una auténtica maravilla. Al ver este precioso jardín en Florencia, tan exquisito y bien cuidado me han entrado ganas de salir a mi jardín y eliminar de inmediato cualquier mala hierba o signo de descuido para dejarlo impecable. Pero no va a ser posible, el tiempo no acompaña, hace frío y sobretodo, un aire que multiplica el efecto por tres. Mejor seguir disfrutando de las bonitas fotografías y hacer planes para mi propio jardín.
Este reportaje lo he encontrado en Arquitectural Digest -otra de mis fuentes preferidas- y por él he sabido que es obra de la paisajista Anabella Lennox-Boyd, quien lo diseñó por encargo expreso del artista tras adquirir Villa Palagio. En esta preciosa villa toscana del siglo XVI no faltan cipreses, viñedos, olivos y toda la vegetación característica del más puro estilo mediterráneo.
La construcción, originalmente, fue la casa de campo de los Duques de San Clemente, familia noble italiana que acudían al lugar a organizar sus cacerías. Como corresponde a un palacio italiano de esta época, está rodeado por arriates formales de boj y fuentes de marmol en los cruces de caminos. En el interior de los parterres crecen lavandas, santolinas y adelfas blancas.
Las vistas desde la colina donde se erige el hogar de esta pareja son una auténtica delicia. No os perdáis la última fotografía, con la pareja practicando yoga en la bodega de la casa, inmortalizados en una curiosa pose.
Esta es mi imagen preferida de la serie que os muestro. Me imagino que el cielo debe ser algo parecido a estar sentada a la sombra de esta pérgola cubierta de glicinia junto a los arriates rebosantes de agapantos y respirando el aroma del trachelospermum. ¿Y qué os parecen las vistas?
Imágenes: AD