Primavera azul-violeta en Buenos Aires

Jacarandas en la Plaza Intendente Seeber (Palermo)

Nada como trasladarnos de hemisferio para revivir la primavera. Hoy continuamos nuestro paseo primaveral bajo las flores azul violáceo de los jacarandas, pero esta vez recorriendo las calles de la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Nuestro paseo de hoy se lo agradecemos a Alicia, Any y Lilliana, que en respuesta al artículo anterior, nos comentaron cómo éstos árboles también pintan de violeta las calles de su ciudad. ¡No os perdáis el vídeo del final!

Jacarandas en jardinería

Según he podido investigar, el jacarandá se integró al paisaje urbano de la mano del urbanista y paisajista Charles Thays, director de Parques y Paseos en Buenos Aires, a finales del siglo XIX. Thays, de origen francés, era una enamorado de los bosques y las bellezas naturales de Argentina, donde adoraba parajes como las Cataratas del Iguazú o el lago Nahuel Huapi. La mayor parte de su obra la realizó en Buenos Aires y residió en la capital porteña durante casi toda su vida. Su primer trabajo fue el Parque Sarmiento, en la ciudad de Córdoba, cuyo diseño y ejecución impresionó tanto al intendente de Buenos Aires que lo seleccionó para encargarse de los jardines públicos de la capital.

Lago en el Parque Sarmiento

Una de las principales obras de Thays en Buenos Aires fue el Jardín Botánico, creado en 1898. Pero la ciudad debe a este urbanista más de 22 paseos y plazas de nueva construcción. También se le encargó la remodelación del Parque 3 de Febrero, también conocido como Bosques de Palermo, en el barrio del mismo nombre. Uno de los pocos lugares verdes con que contaba hasta entonces la ciudad y que hoy en día constituye el área verde más característico de Buenos Aires.

Thays supo aprovechar la hermosa flora autóctona del país y la incorporó a la ciudad en arboledas y plazas: lapachos, ceibos, chorisias, tipuanas y jacarandas, entre otros muchos.

Vista aérea sobre la ciudad de Buenos Aires en primavera

Agunas fuentes indican que Jacaranda es un nombre de origen tupí-guaraní que significa «fragante». Aparece descrito por primera vez en A supplement to Mr. Chambers’s Cyclopædia (enciclopedia de artes y ciencias editado por primera vez en 1753) como «nombre dado por algunos autores a un árbol con propiedades medicinales, cuyas flores se emplean para fabricar tinturas y su madera sirve para hacer leña».

Las más de 50 especies conocidas son árboles grandes que pueden alcanzar los 30 metros de altura. Tienen dos floraciones: la primera en primavera, antes de aparecer las hojas, y la segunda (menos profusa) en verano. Las flores se producen en grandes panículas y tonalidades que van del azul al púrpura. Existen algunas especies con flores blancas. Los frutos son cápsulas oblongas y planas que contienen un gran número de pequeñas semillas.

Cultivo del jacaranda

El jacaranda se puede propagar a partir de injertos, esquejes o semillas. Las plantas cultivadas a partir de semillas tardan mucho en desarrollarse y alcanzar la madurez suficiente para florecer. Son árboles que prosperan en pleno sol y necesitan terrenos bien drenados, preferiblemente arenosos. Toleran bien la sequía y breves periodos de heladas. Los árboles maduros pueden soportar climas fríos donde se alcanzan algunos grados bajo cero (-7ºC), aunque no así las plantas jóvenes que deben protegerse de las heladas.

Estos árboles de floración azulada son un espectáculo para nuestra vista y un gran atractivo para mariposas y aves, como los pequeños colibríes que se alimentan de su néctar. A pesar de que cada vez podemos disfrutar de más ejemplares en las zonas urbanas, el avance de la agricultura supone una amenaza para su hábitat original, y por ello figura como especie vulnerable en la lista roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza.

¿Nos vamos de paseo primaveral por Buenos Aires? ¡Click en el video!

Fuentes: Wikipedia, nueva-ciudad, UICN

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3 comentarios en «Primavera azul-violeta en Buenos Aires»

  1. !Que preciosidad de jacarandas!. Tuve algunas delante de casa cuando viví en los Ángeles y no me cansaba de mirarlas cuando estaban en flor. Me pregunto porqué no son comunes aquí. Deberían poder cultivarse incluso en la costa asturiana si como dices aguantan hasta -7 grados. Magnífica entrada Mónica.
    Saludos

    • Aquí en el mediterráneo sí se cultivan y abundan en parques y jardines. Incluso en mi pueblo hay bastantes. Pero no tantas como en las fotografías de Buenos Aires.

      Saludos!

  2. Es uno de mis arboles preferidos por su tonalidad tan intensa, yo recuerdo que detrás de la Universidad de Agrícolas hay una calle que da gusto pasear por ella cuando esta en flor. Un abrazo querida amiga.

Los comentarios están cerrados.

       

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