Hay quien define el Jardín de Ninfa como uno de los más bonitos y románticos del mundo. Puede que eso vaya en gustos, pero no cabe duda de que su belleza es sublime. Este vergel está construido alrededor de las ruinas de una ciudad italiana abandonada y aunque se encuentra en algún lugar al sur de Roma, en realidad tiene alma inglesa. Cuando el visitante cruza su puerta, parece que haya entrado en el Paraíso.
Cuando hace unos días hablamos de los jardines de Torrecchia Vecchia, ya nombramos este lugar. Como aquel, Ninfa está construido sobre las ruinas de una antigua ciudadela. Pero no solo las paredes medievales hacen que el jardín sea único: el río de Ninfa, que brota de un lago subterráneo junto a las ruinas, crea un microclima que permite que las plantas tropicales puedan sobrevivir a los veranos mediterráneos. La hierba de Ninfa siempre está verde.
La vieja ciudad fue saqueada e incendiada en 1381, durante una guerra local. El costo de reparación y repoblación era tan alto que sus propietarios, la principesca familia Caetani, decidieron abandonarla. Los techos se derrumbaron, las paredes cayeron y las ruinas fueron cubiertas por zarzas y matorrales. Ninfa quedó dormida. Durante siglos fue solo terreno de pasto para rebaños y paisaje inspirador para las pinturas de acuarelistas ingleses, como Edward Lear.
En 1921, el Príncipe Gelasio Caetani, ingeniero de minas, político, diplomático y héroe de guerra, recibió el legado de Ninfa. El lugar despertó el interés del noble italiano, quien decidió restaurar las ruinas descuidadas durante siglos, excavar el terreno y plantar un extenso jardín entre las viejas paredes.
Su madre fue la inglesa Ada Bootle-Wilbraham, quien, como cualquier dama victoriana de buena cuna, era una entusiasta de la jardinería. En visitas de vacaciones a su hijo, Ada trajo rosas trepadoras desde Inglaterra para cubrir las paredes de las casas, iglesias y fortificaciones. Las plantas prosperaron gracias a un microclima muy húmedo debido a las frecuentes lluvias y el río Ninfa.
Tras la muerte de Gelasio, fue su cuñada estadounidense, Marguerite, duquesa de Sermoneta, quien cuidó el jardín. Hacia 1950, su hija Lelia se embarcó en la empresa. Lelia era artista y una apasionada de las plantas. Cada año, desde Reino Unido, llegaba a Ninfa un camión cargado con nuevos árboles y arbustos que y Lelia plantaba donde creía que les iría mejor, creando hermosos efectos pictóricos.
Leia murió en 1977, pero Ninfa fue cuidada con devoción y habilidad por su esposo inglés, Hubert Howard. Los Howards no tuvieron hijos propios y la familia Caetani desapareció al fallecer Hubert. Ninfa pasó a ser una fundación al estilo inglés administrada por Lauro Marchetti, protegido del matrimonio, que lo ha mantenido y ampliado como Lelia y Hubert hubieran deseado.
Hay dos momentos fantásticos para visitar Ninfa. La mayoría de la gente prefiere el mes de mayo, cuando las rosas trepadoras cubren las paredes y las 8 hectáreas están llenas de aroma y belleza. Pero también está precioso a final del invierno, con la luz invadiendo las zonas boscosas y las primeras magnolias empiezan a florecen.
Entre marzo y noviembre, el jardín está abierto algunos días concretos para visitas guiadas que recorren las mejores partes del jardín. También se pueden concertar visitas privadas en grupo, para poder salirse de la ruta habitual y admirar todos los recovecos. Dicen que lo mejor de todo es pasear por la noche, cuando las luciérnagas brillan y los ruiseñores cantan, pero esta experiencia se ofrece solo a invitados muy especiales, como los miembros de la Familia Real. Parece ser que los mortales más humildes no tenemos derecho a disfrutar de esos momentos tan especiales. Aún así, si quieres intentarlo, puedes consultar la información y horario de visitas.
Parece que con Lauro a punto de jubilarse, el futuro del jardín no está muy claro. Pocos son los italianos que, como él, comprenden las obligaciones que impone la ley de fideicomiso inglesa, y menos aún dispuestos a someterse a ellas para seguir manteniendo este bello patrimonio natural. Por tanto, si planeas visitar este jardín, lo mejor será que te apresures y lo visites cuanto antes.
Mientras tanto y para hacerte una idea de lo que vas a encontrar, estas fotografías pueden ser un buen adelanto. Todas ellas las hemos encontrado en wikipedia.
Precioso!! Cargado de un gran romanticismo exquisito. Me encantó amiga Mónica.
Un abrazo.
Me encanta Mónica, es un jardín maravilloso, de los que a mi me gustan. Muchas gracias. Feliz fin de semana. Besos.
Es precioso este jardín, es de esos lugares que inspiran tranquilidad y tiene un aire rústico encantador ¡me ha encantado conocerlo!
Muchos besos, Mónica.
Nos has mostrado un jardín mágico, con una historia detrás muy cautivadora… una lástima que su futuro esté en el aire. Un saludo Mónica.