El cuadro que Sorolla nunca pintó

Hoy quiero hablaros de Joaquín Sorolla, pintor Español nacido en Valencia a finales del siglo XIX. Sus cuadros del mar Mediterráneo son mis favoritos, sin duda. Me encanta su estilo y su técnica, me gusta que fuera paisano mío y plasmase tantos paisajes propios de mi tierra, y me une un cierto lazo emocional hacia él. Os cuento:

Sorolla nació en 1863 y creció huérfano de padres desde los 2 años de edad. Se formó en la Escuela de Artesanos y la de Bellas Artes de Valencia y tras cosechar éxitos en su tierra y en su país, viajó a París y Roma para continuar su aprendizaje. En 1988 se casó con Clotilde García y tras un año más viviendo en Italia regresaron a España instalándose en Madrid.

Unos años más tarde Sorolla comenzó a desarrollar el estilo denominado «Luminismo», dando especial atención en sus pinturas a los efectos de la luz. Los temas sobre el mar, las playas y la naturaleza se convierten en los más habituales de sus cuadros, entre ellos, muchos de niños bañándose en el mar.

El siglo XIX fue para el arte valenciano un periodo de fecunda producción, repleto de personalidades de primera magnitud. En 1867, sólo 4 años menor que Joaquín Sorolla, había nacido el escritor Vicente Blasco Ibañez quien, según el mismo contaría en un discurso en 1911, conoció al pintor dando un paseo por la Malvarrosa, una de las playas de la ciudad. El escritor iba tomando notas para su novela «Flor de Mayo» cuando se cruzó con Sorolla, quien con su caballete sobre la arena, plasmaba las imágenes y la luz mediterráneas.

Hasta aquí todo normal, dos escuetas biografías de dos grandes artistas valencianos como tantas otras. Pero con estos dos yo tengo algo especial y ahora os diré el qué.

Blasco Ibañez tenía una preciosa casa en la playa, una casa grande con jardín y vistas al mar para pasar el verano, en la que a menudo su amigo Sorolla se hospedaba cuando pintaba paisajes del Mediterráneo. La suya era una familia acomodada y como toda familia bien de la época, en su casa no faltaba una plantilla de servicio. Una de las personas que trabajaban en  aquella casa era la madre de mi abuela, mujer de pescador que con su marido y sus hijos vivían en una humilde casita en la misma playa.

Según me contaba mi abuela, que por aquella época tendría unos diez años, ella solía ir a menudo a la casa a ayudar a su madre con recados o tareas domesticas. En una de tantas ocasiones el pintor la llamó y le dijo «xiqueta, vull fer-te un retrat però has de llevar-te la roba«, que en una de las lenguas que se habla en Valencia significa «chiquilla, quiero hacerte un retrato pero tienes que quitarte la ropa».

A pesar de que era algo normal en la época que los niños acudieran a bañarse desnudos o en ropa interior, a mi abuela no le pareció bien y sintió pudor de que alguien de otro estrato social le propusiera quedarse en enaguas y ser retratada en paños menores, así que corrió a contárselo a su madre quien le dijo que si se lo volvía a proponer le dijera que hablase con ella.

Nunca más se lo propuso, debió encontrar otra modelo que pusiera menos impedimentos y Sorolla finalmente no pintó a mi abuela.

Yo nunca he visto una fotografía de mi abuela pequeña, era de origen muy humilde e imagino que no tuvo nunca recursos para fotografiarse. Pero cuando observo los retratos de niñas pintadas por Sorolla en la playa, puedo verla vestida con unas sencillas enaguas mirando el mar junto al que creció.

{En memoria de mi abuela Concha, madre de mi madre}

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9 comentarios en «El cuadro que Sorolla nunca pintó»

  1. Ay Monica se me han saltado las lagrimas leyendo la historia que contaba la iaia. Yo también la cuento en cuanto tengo oportunidad, pero al leerla junto a esas imágenes de los niños bañándose en la playa de la Malvarrosa me he emocionado recordándola. Que gran entrada, gracias…

    • ¡Yo la recuerdo tantas veces! Cuando veo fotos de la casa de Blasco Ibañez me vienen imágenes de la casita de la tía y cuando jugábamos en la Malvarrosa de niñas. ¡Ha cambiado tanto esa playa! Ves, una de las cosas buenas que ha hecho el ayuntamiento ha sido reconstruir la casa. Lástima que no recompongan el jardín, que en sus días debió ser precioso.

  2. Un comentario muy bonito. ¡¡. Cuantas veces me he bañado en la playa de la malvarrosa y cuantos recuerdos. ¡¡

  3. Precioso relato! Sorolla es uno de mis pintores favoritos.
    Conozco una familia que el abuelo le ayudaba a mover sus lienzos por los riscos mediterráneos. Ellos si conservan algún pequeño dibujo de estudio.
    Si no conoces su casa-museo en Madrid, te la aconsejo, es una delicia
    Un besín, gracias por compartir esos recuerdos 🙂

    • No la conozco llosona, pero ya me he propuesto ir a verla aunque sea en una escapada de un día. Y me llevaré a Paquita, que es la hija de la niña del relato…, mi madre ¡vamos! Ella también vivió muchos años en la Malvarrosa.

  4. Que relato más bonito y muy bien contado. Me encanta ese pintor por la luminosidad y colorido de sus cuadros. Felicidades por tus letras y genial las fotografías.

Los comentarios están cerrados.

       

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