Este pasado fin de semana participamos en la vendimia de Vinazares, un jovencísimo viñedo que con dos cosechas en su haber, es ya una promesa de buen vino español. El viñedo de Vinazares se encuentra junto a la población de Inazares, a las faldas del Macizo de Revolcadores (la cima más elevada de la región de Murcia) y plantado a una altitud de 1500 msnm, es el viñedo más alto de Europa.
Si para nosotros -meros observadores- la recogida de la uva fue una auténtica fiesta, imaginad lo que supone estas jornadas para quien dedica todo un año de esfuerzos al cultivo de la vid. Estos dos días de vendimia y transporte a la bodega son el esfuerzo final de todo un año cuidando las plantas, las uvas y solventando cada contratiempo que aparecía en el camino. Un primer año productivo precedido de otros cuatro dedicados al crecimiento y formación de las cepas.
Yo era una absoluta desconocedora de la viticultura y aunque sigo sin conocer el proceso con detalle, ahora tengo algunas nociones que me permiten valorar el trabajo de los viticultores y comprender su satisfacción cuando recogen la cosecha. Desde que se plantan las cepas hasta que se consigue una vinificación óptima pueden transcurrir entre 5 o 10 años. Si a esto le sumamos el daño que el granizo o los animales pueden provocar en la cosecha, no es de extrañar que antes del quinto año no salgan gran número de botellas de vino…, ¡pero qué vino!
Una de las características que más me atrae de este viñedo es su carácter ambiental. El control de las plagas se realiza con productos ecológicos y muy específicos, la fertilización es absolutamente natural y se emplean enmiendas orgánicas para enriquecer el suelo con nutrientes para las plantas. Estos aspectos, junto con las podas de formación de las vides, son los que más me fascinan.
Como la cosecha estaba algo estropeada por el granizo (que cayó en la zona hace unas semanas) hubo que limpiar concienzudamente la uva, eliminando todas aquellas que se habían roto y secado como consecuencia del daño que sufrieron. Es curioso que mientras revisábamos a mano los racimos (uno a uno), de los recipientes y las cajas no paraban de salir mariquitas y otros insectos beneficiosos.
Tuve la suerte de degustar una de las pocas botellas de la cosecha pasada y al probarlo decidí que quería saber cómo se hacía aquel jugo delicioso. Me siento muy afortunada de haber podido estar al lado de mis buenos amigos Ángela, José, Pepe y Pedro durante la vendimia y les auguro grandes éxitos en esta empresa apasionante que se traen entre manos.
Si deseas ampliar información no dudes en visitar su página web (aquí) donde puedes profundizar en el mundo del vino y conocer Vinazares en detalle. Yo te dejo las imágenes de la vendimia, un día lleno de emociones, trabajo, esfuerzos e ilusión. Aquí termina el trabajo de campo por este año y comienzan las labores de bodega…, esas que para mi son un auténtico misterio.
Deseo y espero que el próximo año la cosecha sea mucho mejor y necesitemos más manos para vendimiar. Disfruté muchísimo con este grupo que veis aquí abajo, que aunque vendimiamos por afición y amor al arte, lo hicimos con empeño.
Agradecimientos: Vinazares
Querida Mónica,
ni yo mismo que estuve contigo durante la vendimia podría haber narrado mejor un día tan gratificante para todos nosotros.
Como bien lo has explicado, cultivar en el viñedo más alto de Europa es un reto muy fuerte contra la propia naturaleza, que aquí es salvaje y muy ruda.
Espero compartir contigo el primer Champán murciano que embotellaremos este año. Apenas saldrán unas 100 botellas.
¡¡ Un abrazo muy fuerte !!
Gracias Jose Andrés! Deseando estoy ver esas botellas de Champán y darle un buen trago. Y volver a pasear entre esas viñas tan bien cuidadas que tenéis y disfrutar del paisaje de Inazares.
Un abrazo!
Qué lindo!!! Envidia me das por esa jornada tan estupenda en compañía de amigos y dónde has tenido oportunidad de ver y aprender un montón. Gracias por compartirlo con nosotros, Mónica!!
Gracias a ti, María.
Un abrazo!
Curioso y maravilloso viñedo. Me encanta lo que nos cuentas, es muy interesante y visitare su página. Un abrazo grande.
Gracias, Lola. Me alegro que te guste mi pequeña aventura.
Un abrazo!
Bonito reportaje