Puerta de entrada al Physic Garden – alondoninheritance
Dicen que es como un jardín secreto amurallado, pero por lo mucho que oigo hablar de él, no será tan secreto. Dudo que los londinenses, con su famosa pasión por la jardinería lo desconozcan ¿o quizás sí? Desde luego, yo no me lo perdería si tuviera oportunidad de visitarlo. El Physic Garden es como una cápsula del tiempo, fundada en 1673 para facilitar, a los aprendices de la Worshipful Society of Apothecaries de Londres, el estudio de las propiedades curativas de las plantas. En la actualidad es un museo vivo donde se ofrecen visitas guiadas por voluntarios, con un profundo conocimiento de la botánica y la historia del jardín. También se puede entrar libremente y dar un paseo por sus terrenos permite descubrir plantas extrañas y fascinantes, como la misteriosa mandrágora.
El jardín se formó en un momento de la historia en el que la comprensión de cuerpo humano y la medicina estaban en transición, la superstición se entrelazaba con la religión y las creencias en la alquimia comenzaban a dar paso a la ciencia real. Algo más de hectárea y media de campos agrícolas se dedicaron a un jardín que cubriría varias necesidades sociales, parte dedicado a la medicina y la investigación, parte para la introducción y aclimatación de nuevas especies y otra parte a huertos que se alquilaban a boticarios mercantiles, agricultores y otros profesionales.
Estatua de John Watts en el jardín
El siglo XVII, un gran comienzo como jardín botánico
En 1680 y con dos jardineros a su cargo, John Watts fue el primer administrador y director del jardín, funciones que cubrió durante doce prósperos años. Watts creó una serie de vínculos internacionales dedicados al intercambio de plantas y material genético con el que creó el Index Seminum del jardín, que todavía existe en la actualidad. Y si, como yo, te preguntas que es el Index Seminum: se trata del catálogo de las semillas que el jardín tiene disponibles para intercambio.
También se atribuye a Watts la invención del sistema para calentar el aire del interior del invernadero mediante aire caliente, producido en una estufa subterránea y después filtrado, que se distribuye por el edificio mediante túneles. Gracias a esto pudo introducir la Cinchona officinalis (especie de cuya corteza se extrae la quinina) una planta procedente de la Amazonía. Los más ilustres personajes visitaban su invernadero y se sorprendían al ver que podía mantener puertas y ventanas abiertas incluso en días de fuertes heladas.
Invernadero en Chelsea Physic Garden – telegraph
El mejor botánico del siglo XVIII
En el siglo XVIII, el Chelsea Physic Garden se convirtió en el jardín botánico más rico de Europa, centro de reunión e intercambio de información a nivel internacional. La principal figura de este periodo es Philip Miller, escocés y descendiente de una familia de jardineros. Cuando un joven Carl Linnaeus le sugirió que adoptara el nuevo sistema binomial de nomenclatura y el enfoque sexual de clasificación de las plantas, a Miller no le convencieron las ideas de su colega sueco. Treinta años después tuvo que reconocer el acierto de Linneo y aceptar el nuevo sistema.
Miller era un apasionado de las rosas, pero le gustaba todo lo relacionado con la tierra: el huerto y la cocina, la construcción de estufas, el cultivo de la piña, la poda de los frutales, la jardinería floral, la creación de áreas silvestres, etc. Entre 1731 y 1768 recopiló sus conocimientos en un diccionario de jardinería de ocho tomos en total, el Miller’s Gardeners Dictionary. Esta obra acercó la jardinería a la gente corriente, sobre todo cuando se publicaron nuevas ediciones abreviadas y más económicas.
Caja Wardian
El siglo XIX y la caja Wardian: el nacimiento del terrario
Nathaniel Bagshaw Ward era doctor en medicina y gran aficionado a la entomología y la botánica. La casualidad le llevó a inventar un artilugio que revolucionaría la ciencia de las plantas. En una de sus excursiones al campo recogió una crisálida de polilla esfinge y la introdujo, junto parte del suelo sobre el que estaba posada, en un frasco de vidrio que cubrió con una tapa para llevarla a casa. Unos días más tarde observó que en la tierra del fondo del tarro había brotado un helecho y algo de hierba. El doctor dedicó días a observar este hecho y vio que la humedad evaporada durante el día se condensaba en las paredes del recipiente y volvía a caer al suelo durante la noche, de manera que la humedad interior se mantenía constante.
Ward encargó a un carpintero la construcción de una caja de cristal, con marcos de la madera más resistente a la humedad. Como experimento, envió dos de estas cajas llenas de helechos y hierbas británicas a Sydney, Australia. Tras seis meses en alta mar, las cajas llegaron al puerto de Sydney con todas las plantas vivas. Había nacido la caja Wardian, el primer terrario de la historia y el medio por el que muchas especies viajaron desde los lugares más recónditos del mundo.
A mediados del siglo XIX, la Sociedad de Boticarios comenzó a desvincularse del jardín y la falta de fondos produjo un descenso significativo en los estándares de horticultura del jardín. Ward apoyó a Tomas Moore en la reactivación del jardín y, si bien no consiguieron devolverle el nivel hortícola que tuvo en otros tiempos, sí que pudieron promover su faceta formativa. En 1899 se hizo cargo del jardín la Fundación Parroquial de la Ciudad.
Paseos en Chelsea Physic Garden – Pinterest
El siglo XX, un jardín para aprender y disfrutar
Llegado el siglo XX, el primer hito importante sucede durante la Segunda Guerra Mundial, años en que el jardín se dedica a proporcionar anestésicos, como digitalis o hyoscyamus, para el University College Hospital. La Fundación Parroquial que lo sustentaba económicamente se desentiende y el jardín cae en un nuevo declive financiero. Para poder subsistir, los gestores del Chelsea Physic Garden decidieron reconvertirlo y abrir al público en general, cosa que sucedió en 1983. Cuenta con un centro educativo que trabaja en asociación con las escuelas locales y está registrado como una entidad benéfica que ya cuenta con más de 6000 socios.
A mi, que me pierden los grabados antiguos, esta ilustración me encanta. Pinchando sobre ella se abrirá la imagen mucho más grande, en wikipedia, y podrás observar todos los detalles. ¡Vale la pena!
Tiene que ser un privilegio y una maravilla el poder llegar a visitar estos jardines.
Preciosa entrada Mónica.
Un abrazo
Muchas gracias!
Qué chulada de jardín, no había oído hablar de él! Los "jardines secretos" de inglaterra me fascinan, me apunto este para mi próxima visita!!! 🙂
Saludos,
Andrea