Unos días atrás me dejaba deslumbrada una maravillosa remodelación que la arquitecta y paisajista Kim Hoyt había realizado en el jardín trasero de una casa neoyorquina. Hoy vuelvo a enseñaros otro de sus trabajos, esta vez se trata de un jardín al que se accede desde la calle y que se ha rediseñado desde la misma entrada.
Para comenzar, el cambio de la puerta de acceso desde la calle es impresionante. Donde sólo existía una verja con malla metálica se cambió por una gran puerta de madera de ipe que guarda el estilo de la casa. Es el preludio de lo que tras ella espera al visitante. ¿A que sólo con verla entran ganas de traspasarla?
Al abrir la puerta se entra en una zona pavimentada muy versátil que igual sirve como aparcamiento o como zona de juegos. Además, se han colocado unos bastidores de madera que se utilizan para colgar los kayaks de la familia. Y digo yo, que quien dice kayaks, dice bicicletas o monopatines…
Un poco más adelante se han construido unos cobertizos, muy útiles para almacenaje, que definen el acceso al jardín. La idea de construir dos pequeños armarios en lugar de uno grande se concibió para que la imagen del jardín quedara enmarcada por estas estructuras, consiguiendo destacar el lugar.
En el jardín se ha definido una zona de comedor cubierta por una gran pérgola sobre la que se enreda una glicinia y otra pérgola más pequeña con un rosal trepador que protege un balancín. El sendero del jardín está hecho con losas de piedra entre las que crece tomillo rastrero y otras plantas de cobertura.
Es un espacio familiar que cubre varias necesidades y que puede mantenerse sin estar pendiente de él todos los días, por ello se prescindió de césped y se eligieron plantas autóctonas. Abajo frutos y flores del malus pumila.
Y por último unas imágenes del antes de este jardín, donde se aprecia claramente cuánto ha ganado la zona con la remodelación.
fotografías: www.khoyt.com
Gracias por compartir como las plantas al exterior de tu casa le dieron un toque especial y mágico.