No importa en qué lugar del mundo vivas, es muy probable que alguna vez hayas usado aceites esenciales. Hay millones de personas en todo el mundo que afirman utilizar aceites esenciales para tratar con éxito todo tipo de problemas de salud, pero aún así las autoridades sanitarias previenen de su uso como medicinas alternativas. Yo misma los uso y a mi, en determinados casos, me funcionan. Pero no quiero confundir a nadie y si alguna vez he contado mi experiencia ha sido solo como información, por eso hoy quiero dedicar un artículo a lo que realmente pienso del uso de las plantas y sus derivados.
Los aceites esenciales están en todas partes, puedes encontrarlos en muchos productos de limpieza del hogar y en productos de belleza. Se pueden comprar en cualquier parte del mundo y por Internet. Seguro que alguna vez habrás leído acerca de los muchos beneficios para la salud de las usar aceites esenciales. Aunque creo que las plantas son básicamente buenas para la salud, también creo que hay muchos mitos y bulos sobre sus usos. Pueden ser creencias anticuadas que se han transmitido de generación en generación o mentiras descaradas que dan información errónea.
Hay gente sin escrúpulos más interesados en obtener ganancias que en ofrecer información adecuada o quien asume que la información que les dio su abuela era correcta y nunca se ha molestado en verificarla. O tal vez gente que trabaja para una compañía farmacéutica y les preocupa que puedan perder su trabajo o ingresos si las personas comenzaran a usar aceites esenciales en lugar de medicamentos de venta libre o recetados. Tampoco me fío de los detractores acérrimos. Cualquiera que sea la razón, existe muchísima información y puede ser difícil averiguar qué verdad y qué no lo es. ¿Los aceites esenciales funcionan de verdad o son simplemente mentiras de aroma agradable?
Vamos a tratar de explicar qué es un aceite esencial y algunos detalles que debemos saber de ellos.
¿Qué es exáctamente un aceite esencial?
Para explicarlo de una manera sencilla, el aceite esencial es un líquido intensamente aromático, no graso, ligero y volátil que se extrae de las plantas. Es segregado por células especiales que se encuentran tanto en hojas (menta piperita, albahaca, citronela), flores (lavanda, jazmín), madera (cedro del Atlas, sándalo), raíces (jengibre, vetiver) o semillas (bergamota, anís verde, zanahoria). Al frotar una planta aromática, las gotitas de aceite volátil se liberan en el aire y llegan a nuestra nariz, donde los receptores olfativos se activan y envían estímulos sensoriales a distintas zonas del cerebro.
El tamaño de esas gotas es pequeñísimo (unas pocas micras) y por ese motivo no podemos verlas. Las plantas los utilizan para interactuar con su entorno alejando parásitos, enfermedades y atrayendo insectos polinizadores que aseguren su reproducción. Los compuestos químicos más comunes que se encuentran en los aceites esenciales son fenoles, terpenos, alcoholes, aldehídos, ésteres y cetonas. En su mayoría son compuestos antifúngicos, antivirales, antibacterianos, antiinflamatorios y con capacidades antioxidantes. Es cierto que tienen aplicación medicinal, aunque eso no asegura que sean la panacea.
Los aceites esenciales pueden eliminar bacterias, ¿verdadero o falso?
A la industria médica general le gustaría que esto fuera falso y que solo sus medicamentos pudieran matar bacterias. Pero no lo es, existen estudios clínicos que demuestran las propiedades antisépticas de ciertos aceites derivados de plantas.
Las bacterias son pequeñas criaturas muy astutas y algunas son capaces de transformarse en cepas diferentes que son resistentes a los antibióticos comunes. Se les llama «superbacterias». Es verdad que los aceites esenciales no son tan potentes como los antibióticos, pueden ser eficaces en casos leves y nada en casos graves, pero tampoco han creado nunca una «superbacteria».
Cada cual debe sacar sus conclusiones, pero en determinados casos yo creo que es mejor recurrir a un antibiótico natural antes de hacerlo a uno de síntesis. Tomarse un antibiótico cuando uno tiene un simple constipado sirve de poco, mientras que una tisana puede ayudar. Conste que es solo una opinión y quien se sienta enfermo debe consultar a su médico.
Las erupciones producidas por un aceite esencial son buena señal
No, en absoluto. Hay una creencia extendida en aquella frase de nuestros abuelos «lo que escuece cura» que en general tiene poco de cierto y menos en lo referente a los aceites esenciales. Si un aceite te causa una erupción o escuece no es que esté curando, es que ese aceite es irritante para tu piel. En general, ningún aceite esencial se aplica puro en la piel, debe diluirse.
Una de las razones por las que la aromaterapia se considera una «pseudociencia» es que no tiene una dosificación exacta. Lo que funciona para una persona no funciona para otra. Algunas personas beben una infusión de manzanilla y se duermen en 30 minutos. Otras toman manzanilla todo el día y no les da sueño. Que un amigo use un aceite sin diluir no significa que vaya a funcionar para ti. Por eso es conveniente probar un poco para ver como reacciona tu cuerpo a un aceite en concreto.
Los aceites esenciales duran para siempre
Esto no es del todo cierto, pocas cosas duran para siempre excepto los diamantes. Es broma 😉 Pueden durar muchos años los productos con alto contenido en sal o azucar. La miel, por ejemplo, es casi eterna. Los aceites esenciales puros pueden conservarse algunos años, pero no es exacto pensar que no cambiarán o alterarán de ninguna manera. Los aceites se oxidan con el paso del tiempo, eso modifica su composición química y provoca su degradación. Hay algunos aceites, como el pachulí y el sándalo, que mejoran con el tiempo, pero solo en cierta medida. Aunque no pierdan sus propiedades, después de muchos años se habrán solidificado y serán inservibles.
Los aceites cítricos (naranja, pomelo, limón, etc.) y los aceites coloreados (manzanilla alemana, jazmín, etc.) se degradan con bastante rapidez. Los aceites azules deben refrigerarse para evitar que se vuelvan verdes y se echen a perder. Los aceites cítricos deben usarse en el año y la mayoría del resto de aceites deben usarse dentro de dos años.
Los aceites naturales no están normalizados
Esto es cierto, la composición química de los aceites esenciales puede variar debido a factores como la zona geográfica, las condiciones climáticas, la hora del día y la estación en que se cosechó la planta. También puede influir el tipo de suelo en el que se cultivó, el procesamiento, el empaquetado, el modo o el tiempo.
Esto significa que no hay dos aceites esenciales que puedan ser exactamente iguales. Los aceites se podrían alterar para lograr la estandarización, pero dejarían de ser naturales y genuinos. Esta es una de las razones por las que la investigación con aceites esenciales puede ser difícil. La Organización Internacional de Estándares (ISO) tiene un estándar establecido para cada aceite que indica lo que se consideran concentraciones aceptables de la composición química principal de la planta en cada variedad. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ofrece en su página web una guía sobre aceites esenciales en productos cosméticos, pero echo en falta una sobre productos terapéuticos.
Siempre debemos utilizar aceites esenciales de tipo terapéutico
«Terapéutico» es una calificación que aparece en el etiquetado de algunos aceites esenciales para indicar que el producto se puede utilizar como medicinal. El que esta característica figure o no en la etiqueta no es, para mi, lo importante. Lo esencial es que sean aceites naturales puros, sin añadir ni quitar nada para que todas las botellas sean iguales, sin manipular para prolongar su conservación y manipulados con cuidado para que no pierdan sus propiedades. Mucho mejor si son ecológicos y están avalados por algún organismo de confianza.
Antes de utilizar un aceite esencial es importante que conozcas lo que compras y para ello lo mejor es hacerlo en un establecimiento de confianza. No digo que no puedas hacerlo por Internet, pero que sea en una tienda de la que te fíes. Aunque solo sea para echar una gotita en un difusor de aromas. Ten en cuenta que el aroma que percibes son moléculas de producto que entran en tu organismo, y no te aconsejo que respires más productos sintéticos que los que no puedes evitar. Los aceites esenciales pueden proporcionar verdaderos beneficios si son, de verdad, aceites naturales.
Maravilloso tu artículo sobre un producto del que se tienen algunas dudas. Yo no los utilizo, pero por lo que sé sobre las plantas, estos aceites, si son realmente naturales, tienen más ventajas que inconvenientes, por las propiedades medicinales, aunque hay que tener en cuenta que hay pieles especialmente sensibles a las que ciertos productos les pueden perjudicar.
Como dices, hay que informarse muy bien antes de hacer uso de cualquier producto.
Un gran trabajo, Mónica, es fantástico.
Muchos besos.
Fantástico articulo Monica, lo has resumido muy correctamente. Yo nunca he utilizado esos aceites esenciales, pero como bien dices, si algún día quisiera utilizar uno de ellos no lo compraría así como así, me informaría primero y lo adquiriría en un centro de total confianza. Un mal aceite utilizado externamente tiene solución pero existen algunos que utilizados internamente el daño que te pueden causar puede ser irreversible de ahí que se deba consultar con gente muy experta y especializada en la materia.
Un fuerte abrazo Monica