Se acerca la primavera, las temperaturas se van suavizando y el sol comienza a invadir mi terraza. Ya he podado los rosales, plantado los bulbos y limpiado las hojas y ramas secas que quedaron tras los fríos del invierno. Es momento de pensar también en el equipamiento de esta zona para poder disfrutar de ratitos al exterior.
Entre el mobiliario de jardín hay un elemento que me gusta especialmente: el parasol o sombrilla. Mi terraza no es muy grande y el presupuesto corto para un toldo, además me resulta un poco pesado visualmente. La sombrilla, con su forma redonda encaja a la perfección con mis gustos y necesidades.
Las mías (tengo dos) son de madera y lona cruda, con una manivela para abrirlas y cerrarlas que las hace realmente cómodas. En el mercado es fácil encontrarlas de diversos materiales y precios, tamaños y formas. Lo que resulta muy importante es ponerle una buena base, un soporte pesado que sea capaz de sujetar la sombrilla ante fuertes golpes de viento.