El agua es esencial para las plantas, ya que gracias a ella pueden absorber todos los nutrientes necesarios de la tierra. Por tanto, el riego es indispensable para que las plantas de casa obtengan el agua que no siempre les llega por las precipitaciones. Dependiendo de las necesidades de cada planta, la frecuencia, cantidad y forma de riego pueden ser diferente.
Tipos de riego
A la hora de cuidar las plantas se deber tener en cuenta que existen diferentes tipos de riego: desde el sistema manual, en el cual una persona se encarga de distribuir el agua con regadera o manguera, o los sistemas de riego automáticos para las plantas como Riegopro, que permiten el proceso sin la implicación personal. Teniendo en consideración que vivimos en una era tecnológica, estos riegos automatizados son una de las mejores opciones puesto que permiten una constancia y exactitud que no siempre se consigue regando a mano.
En la actualidad se han desarrollado una gran variedad de tipos de riego diferentes que compensan a las plantas del déficit de precipitaciones y distribuyen de manera eficiente el agua en el suelo. De este modo se consigue el suministro óptimo de agua y nutrientes.
Riego de superficie
El riego de superficie, también llamado por gravedad, es aquel que en el que las plantas reciben el agua gracias a canales o surcos que la distribuiyen a lo largo del terreno cultivado. Una vez que el agua fluye por los canales, la fuerza de gravedad es la encargada de distribuirla por toda la zona de cultivo.
Este es el método de riego de plantas más antiguo conocido en agricultura, con canales de agua llamados acequias que existen desde la antigüedad. Para llevarlo a cabo es necesario que la persona, o especialmente un agricultor, tenga los conocimientos adecuados sobre la capacidad de infiltración del suelo, ya que, una vez alcanzado el punto de saturación, se debe detener el flujo de agua. Si se produjese una inundación del terreno, el exceso de riego puede convertirse en algo perjudicial para las plantas.
Actualmente el riego de plantas por gravedad se sigue utilizando debido a su fácil acceso y bajo coste. Las acequias se sustituyen por conductos de agua cerrados. Los materiales resultan económicos porque la canalización se puede construir con tubos de riego de PVC, compuertas y válvulas para caudal discontinuo.
Riego de plantas por aspersión
Este tipo de riego consiste en conducir el agua hacia aspersores que humedecen el terreno de forma muy similar a la lluvia. Hoy en día, los sistemas de riego por aspersión pueden ser móviles, fijos o autopropulsados. Estos pueden ser instalados en cualquier tipo de topografía, pero debe tenerse en cuenta el movimiento del aire como un factor limitador, ya que un viento de más de 15 km/h puede provocar que el rociado de agua no sea homogéneo.
Riego de plantas por goteo
Es un tipo de riego utilizado principalmente en zonas áridas ya que permite optimizar el consumo de agua. El líquido se distribuye por tuberías hasta goteros que la distribuyen gota a gota en la base de la planta. La infiltración es máxima y no hay apenas pérdidas por evaporación. La distribución se lleva a cabo por una red de tuberías generalmente de plástico como poliestireno o PVC hidráulico.
Para quienes tenemos un jardín, este tipo de riego es el más adecuado. Permite distribuir el agua de manera constante y homogénea posibilitando dosificar una mayor o menor cantidad de agua según las necesidades de las plantas. Hay muchos tipos de goteros que nos facilitan estos trabajos. Una vez configurado el sistema, es muy fácil de usar y nos permite desentendernos casi por completo de la tarea de regar. Solo hay que revisar de vez en cuando los goteros de riego para comprobar que no se obstruyen.
¿Por qué escoger un sistema de riego automatizado para nuestras plantas?
Al utilizar un riego automatizado se consiguen diferentes beneficios, tanto para las plantas como para nosotros. En primer lugar, la facilidad de uso que tiene el sistema de riego automatizado es única, ya que no es necesario arrastrar una pesada manguera, ni calcular si se ha regado poco o demasiado porque el sistema hace todo este trabajo. Este tipo de riego es eficaz porque permite cultivar las plantas de una manera sostenible, con un menor gasto de agua. Todo esto es posible gracias al programador de riego. El programador es capaz de activar y desactivar las zonas de riego según los tiempos establecidos y garantiza la cantidad correcta de agua en el momento indicado.
Un sistema de riego automatizado permite que las plantas reciban la cantidad necesaria de agua: ni más, ni menos de la que necesitan para vivir y desarrollarse sin sufrir enfermedades. Además de ser una herramienta cómoda, con una adecuada programación puede lograrse un ahorro de agua, de energía, de mano de obra, y maximizar los rendimientos, calidad, rentabilidad e ingresos.
Esta entrada fue publicada el 13/febrero/2019