Hoy nos acercamos a Ciudad del Cabo, capital de Sudáfrica, para descubrir un precioso jardín cuyos orígenes datan del siglo XVII cuando se estableció la colonia holandesa de El Cabo como estación de abastecimiento para los barcos que viajaban hacia Africa Oriental, India y Asia. La situación del enclave y el clima mediterráneo de la región eran los más propicios para fundar un asentamiento donde plantar hortalizas y elaborar vino, productos para alimentar a los marinos y combatir el escorbuto que solían sufrir las tripulaciones.
Un jardín holandés, en Sudáfrica y casi casi mediterráneo que no te dejará indiferente
La finca Stellenberg era por entonces una granja concedida por Simon van der Stel, comandante de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales y primer gobernador de la colonia, a su hijo Francois en 1697. Los holandeses no solo eran grandes navegantes y comerciantes, también sentían pasión por la jardinería y parte de los terrenos de la propiedad estaban cubiertos por extensos jardines en los que se introducían muchas especies exóticas que los navíos traían de sus expediciones.
La propiedad se ha mantenido fiel a sus orígenes, tanto en los edificios que alberga como en los jardines que lo rodean y en su estilo clásico colonial reside gran parte de su encanto. Sus actuales propietarios, la familia Ovenstone, lo mantienen desde hace casi 60 con algunas adiciones que no desvirtúan su belleza original.
Dos de las cuatro hectáreas de la finca Stellenberg son jardines formales con secciones de distintos estilos para transmitir sensaciones diferentes pero todas ellas relajantes y tranquilas:
- El «Jardín de Reflexión» cuenta con una serie de pequeños estanques, mientras que el «Jardín del Parterre» consta sólo de cuatro cuadrados que encierran rosales con flores blancas.
- En el «Jardín Medieval» se encuentra el huerto, con un estanque central y camas simétricas de cultivos ecológicos.
- Junto a la casa principal está ubicado el «Jardín de la piscina«, una zona de esparcimiento con grandes árboles que proporcionan sombra fresca en el tórrido verano sudafricano.
- En el «Jardín formal» destacan los setos cuidadosamente recortados junto a los obeliscos y los arcos cubiertos por rosales New Dawn.
Los jardines Stellenberg cuentan además con 700 metros cuadrados de viveros que se nutren del jardín y le dan posterior soporte. En el vivero se siembran semillas procedentes del jardín, se dividen las perennes o se hacen esquejes de ellas. Con las nuevas plantas se repuebla el jardín y las excedentes se venden al público.
Personalmente encuentro fascinante este lugar, con muchos plantas y elementos comunes a cualquier jardín mediterráneo. Las fachadas blancas, la piscina, la necesidad de crear zonas sombreadas y muchas de las flores que se distinguen en las fotos (buganvilla, agapantos, plumbagos, tulbaghias, salvias, abelias, etc.) me resultan familiares y muy agradables. No te pierdas ni un detalle de la bordura junto a la terraza, repleta de arbustos y herbáceas de flores blancas que para mi es una auténtica joya. Espero que disfrutes estas bonitas imágenes tanto como yo.
Fuente: Stellenberg, iol
Que bonito Monica, me encanta la rosaleda. Un besin muy grande.
Muy bonito se ve este jardín que cuenta con varias zonas diferenciadas, es una buena idea para un gran espacio. La terraza en la penúltima foto me encanta.
Muchos besos.
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Se nota la herencia europea, hasta el punto de si no dices su ubicación engañarnos a todos, desde luego un jardín para perderse.
saludos
Gracias por vuestros comentarios!