Monforte es uno de los jardines más representativos del interés que la burguesía española del siglo XIX mostraba por la jardinería y del impulso que aquellas generaciones de mitad de siglo dieron a los parques y jardines de nuestras ciudades. Desgraciadamente fue una época de prosperidad que se vino abajo con el inicio de un movimiento especulativo más interesado en plantar ladrillos que en mantener los parques.
Este jardín es el último jardín histórico que se construyó en nuestra ciudad (Valencia) y poderlo contemplar hoy en día es un auténtico milagro. De su historia ya os hablé ayer, así que hoy me dedicaré a contar su trazado y centrarme en la zona del jardín más cercana a la casa y de carácter más íntimo.
Monforte es un jardín amurallado, una pared de ladrillo recorre todo su perímetro para dar intimidad y protección y muy al uso de la época, teniendo en cuenta que en su día estaba a una distancia considerable de la ciudad. Para entrar en el jardín no existía más paso que el propio palacete que hay en él.
La propiedad estuvo completamente finalizada entorno a la década de 1850, cerca ya de los 60, y además de un palacete de tamaño modesto, contaba con jardines, bosque y huerto. En 1971 es adquirido por el ayuntamiento y se producen algunos cambios importantes: la superficie de huerta desaparece y se cubre la acequia de Mestalla, que lo cercaba por una de sus lindes y proporcionaba el riego.
La salida al jardín desde la casa se hace a través de un porche cubierto que conduce a un patio recogido, con fuente central y una escalera flanqueada por estatuas de querubines. El ascenso por la citada escalera nos conduce a un cruce de caminos que es el inicio de un jardín extenso, divido en varias zonas. Una puerta custodiada por dragones da entrada al jardín secreto, los bustos de dioses griegos presiden un patio semicircular junto al pabellón y dos leones de mármol custodian una escalinata de acceso al recinto.
Este jardín de las proximidades del palacete tiene la estructura de un jardín formal, con setos que en su día fueron de boj y que actualmente están tallados en evónimo y murta y que forman parterres repletos de arbustos y flores: rosas, calas, dalias, alhelíes, agapantos, crisantemos, cannas, etc. La vegetación configura un trazado de calles con cruces en los que se emplazan fuentes neoclásicas y esculturas en piedra blanca propias de la mitología griega y romana.
Esta zona del jardín es un poquito recargada para mi gusto, pero muy típica de los jardines de la época y propia de una burguesía ilustrada y ostentosa. Mañana os enseñaré una zona que me gusta mucho más, la del bosque, un espacio de estilo natural consenderos sinuosos y sombras densas a la que se accede por la rosaleda y el estanque de nenúfares.
¡Hasta mañana!
Preciosos estos jardines, estas casas parecían palacetes más que viviendas.
¡Cómo me gustan las Cannas! una vez tuve, pero no sobrevivieron y veo también dos fotos de Acanto, jaja.
Me ha gustado, pero me da la impresión que ese bosque tiene que gustarme mucho más y es que las cosas "tan puestas" están carentes de naturalidad.
Bellísimas fotos, me gusta esa forma de tomar ángulos y rincones que sueles hacer.
Un beso, guapa.
Si, Montse, habñia muchos acantos. Como los que tu has publicado hoy en tu blog, se nota que es la época. Muchas gracias por tus comentarios.
Un beso!
Preciosas fotos Monica, un besin y buena semana.
Gracias Lola, espero que también para ti sea buena.