Acabo de descubrir otro de esos preciosos gigantes de hierro y cristal que perduran tras el paso de los años como recuerdo de épocas más tranquilas y resguardo de plantas en climas poco propicios.
Esta vez se trata del invernadero de Chiswick, una magnífica propiedad en la que el tercer duque de Burlington construyó una casa para realizar sus trabajos y mostrar sus colecciones artísticas. De hecho, la casa no tenía cocinas ni dormitorios.
Burlington era artista y arquitecto, ademas de gran aficionado a la buena música. Evidentemente debía mantener un enorme equipo de sirvientes y jardineros para mantener una casa y unos jardines de estas características. Algo que se escapa a mi imaginación.
Pero como lo que nos ocupa son las preciosas instalaciones que construyó y que hoy en día perduran gracias al English Heritage, aquí os dejo alguna fotos de esta preciosa villa paladina, sus jardines de estilo italiano y ese fantástico invernadero que alberga una centenaria colección de camelias.
Qué preciosidad Mónica, me encanta cuando escribes reportajes sobre los invernaderos, reconozco que son las entradas que más me gustan y cuando las encuentro al entrar en el blog, me dan mucha alegría, no sé porqué hija… Es que son tan bonitos y están tan bien cuidados… Gracias por buscar la información y mostrárnosla.