El otoño es, entre muchas otras cosas, tiempo de calabazas. A mi me encantan las calabazas, me gustan de la manera más sencilla de preparar: asadas al horno. Son dulces, aromáticas y están deliciosas. Tiempo atrás os conté como la preparo y podéis verlo accediendo aquí. Es mi receta de calabazas asadas que de receta tiene poco, solo hay que abrirla y meterla al horno.
Una calabaza y un poco de creatividad es lo que necesitas para hacer un adorno decorativo y divertido muy acorde con la estación
En algunos países, que yo sepa sobretodo en Estados Unidos, es tradición decorar en otoño con calabazas. Sobre todo cuando se acerca la fiesta de Todos los Santos, aunque lo que ellos celebran es Halloween la noche anterior. Para mi siempre fue una fiesta de película, nada intrínseco a mí hasta que mis hijos comenzaron a tener edad de apuntarse a todo lo que les pareciera divertido. Y eso de ir casa por casa diciendo «truco o trato» se lo pareció.
Fue entonces cuando comencé a decorar las primeras calabazas, sin su ayuda, pero con ellos. Ese rato en que ellos me daban indicaciones «así mamá…, no, no, que no se ría…, ¡mamá, que tiene que dar miedo!» mientras yo le pintaba la cara a la calabaza, me sabían a gloria. Más que las calabazas asadas 🙂 No me quedaban preciosas, la verdad, pero introducir una linterna dentro y que la luz saliera por los cuatro agujeros que le había hecho ya era todo un logro.
Hace ya muchos años de esto, ya no pongo calabazas decoradas en la puerta de casa, pero la noche anterior a Todos los Santos sigo poniendo el dibujo de una calabaza en la puerta y preparo caramelos por si algún pequeñajo llama. No son nuestras tradiciones pero ¿quien se resiste a que un niño disfrazado te sonría cuando le pones cara de espanto al abrirle?
Si eres de los que decora calabazas en estas fechas, seguro que estas que traigo hoy te sirven de inspiración. A ver cual te parece más artística, a mi personalmente me encanta la que lleva una peluca de suculentas.
Fotografías: diynetwork
Estan muy trabajadas, me ha encantado como lo has contado, mi pequeña Ariadna tiene tres añitos y yo soy de esos de que Halloween no es fiesta popular de aquí, pero me imagino que caere en cuanto ella me diga que quiere hacer algo esa noche.