Las flores son la chispa de un jardín. Se puede tener un espacio bonito sin flores, con arbustos de diversas tonalidades, pero si lucen las flores por alguna zona, el jardín se vuelve mágico.
La mayoría de las plantas florecen durante la primavera, y son pocas
las que lo hacen durante el otoño. Yo, en ocasiones, recurro a las florales de temporada y pongo alguna planta en lugares estratégicos para que las flores luzcan.
Plantas de temporada que florecen en esta estación son: ciclamen, alegría obcónica, pensamiento y viola cornuta.
Si no quieres recurrir a las plantas de temporada porque no deseas tener que hacer cambios estacionales, puedes incorporar en tu jardín especies perennes que florecen en esta ocasión.
Plantas perennes de floración otoñal: aster, callistemon y verónica.
El otoño es característico también por el cambio de color del follaje. La nandina doméstica Fire Power o la dodonea viscosa son arbustos que se tornan rojizos cuando llega el frío.
Otra característica que colorea el jardín es la aparición de las bayas. Dos ejemplos: la piracanta y el acebo.
